Sus objetivos, metas, fines y propósitos siempre son comunes (convenientes para todos), tanto para el bien, como para el mal.

Para el bien se unen los países en organizaciones prestigiosas como la ONU, la OEA, la Unión Europea, la Cruz Roja, la OPEP, etc., profesionales en asociaciones y colegios, así como también los socios de los clubes sociales y deportivos, e igual los vecinos del barrio.

Para el mal, se unen las pandillas, las gavillas, las catervas, las camarillas y las mafias integradas por delincuentes que, de acuerdo a su “rango”, “importancia”, “grado” y “poder” en sus respectivos ámbitos, se protegen entre sí y coordinan sus actividades que abarcan una amplísima gama de delitos que van desde el estruche, el robo, el asesinato, el tráfico de drogas, hasta el lavado de dinero, la estafa, la evasión de impuestos, asociación ilícita, peculado, enriquecimiento ilícito, chantaje, extorsión, coimadores y coimados y una larguísima lista de pillos con y sin corbatas que, con el falso membrete de “servidores públicos”, se levantan con el santo y la limosna de las instituciones públicas a las que llegaron por obra y gracia de quienes les entregaron el voto en las urnas (entre ellos yo)… y usted, presumiblemente, apreciado lector.

Pero (el infaltable), la lista descrita estaría incompleta si dejamos de mencionar a los grandes perpetradores, gigantes del delito, apoderados de países enteros y aspirantes a regir, a liderar, políticamente, a otras naciones,  a quienes les importa un carajo que la historia los deje marcados para siempre como asesinos en masa de sus propios pueblos, mientras haya, desde luego, otros que los respalden, los auspicien, los aplauden.

Los casos están a la vista, al conocimiento y la repulsa mundial. Exmandatarios de Perú (Ollanta Humala), de Argentina (Cristina Kirchner), de Panamá (Ricardo Martinelli), de Ecuador Mr. Vidrio (cumpliendo seis años de condena) e “Inocencio” Correa por los techos de Bruselas, respaldados todos por los presidentes actuales:  maMaduro (de Venezuela), el cocalero Evo Morales (de Bolivia), el violador de su propia hijastra (Daniel Ortega, de Nicaragua),

¿Está más claro ahora el significado y los fines del “espíritu de cuerpo” con estos pocos ejemplos que bien los podemos ampliar, incluyendo a Putin de Rusia, a Erdogan de Turquía, Miguel Díaz-Canel de Cuba,  Xi Jinping de China, Salvador Sánchez de El Salvador, Hasan Rouhani de Irán y Juvenal Moise de Haití? Espero que así sea.