Las víctimas fueron Stalin Peñafiel Villafuerte, José Alarcón Quijije, y los hermanos César y Yumber Carreño Macay. 

Las muertes fueron ejecutadas bajo la complicidad de otro hombre que aún no ha sido identificado.

Los albañiles vivían en el barrio Los Laureles, de la parroquia Eloy Alfaro, y los mataron la noche del sábado 6 de octubre del 2011, tras haber recibido un sueldo por un trabajo de construcción que hicieron dentro de una vivienda en la vía a San Mateo. 

El sicario fue sentenciado el martes al mediodía, en un juicio en el Palacio de Justicia, y cuando Johanna Peñafiel se enteró de la sanción comenzó a llorar.

“La justicia tarda, pero llega. Mi familia siente un alivio por la condena que recibió el criminal de mi hermano Stalin. Él dejó cuatro hijos, y la menor no pudo ser inscrita con su apellido porque recién había nacido cuando lo acribillaron”, dijo Peñafiel. Ella manifestó que nunca presentaron la denuncia por el crimen debido a que no tenían dinero para contratar a un abogado, y todo lo dejaron en manos de Dios. “Ahora sabemos que la justicia sí existe”, agregó.

 

Una madre. Cristina Villafuerte recuerda que su hijo Stalin tenía 31 años cuando lo mataron. Fue un tormento recibir aquella noticia, contó, su familia no sabía qué hacer. Todo era confuso y hasta ahora no se sabe por qué los mataron.

Ella considera que es muy leve la sanción que recibió el criminal y pide que sea condenado a 30 años de cárcel porque fueron cuatro personas las acribilladas.

“El golpe más fuerte para una madre es ver muerto a un hijo. El dolor que llevo será eterno. Mi hijo era albañil y no tenía problemas con la justicia ni estaba vinculado a bandas delictivas”, expresó la madre del fallecido.

El fiscal Paco Delgado aclaró que el criminal no puede ser condenado a una pena mayor porque fue juzgado con el antiguo Código Penal, donde las muertes eran sancionadas hasta con 16 años de prisión.

“Al procesado le aplicaron la ley más benigna debido a que enfrenta otra sentencia de 16 años de cárcel por la muerte de José Loor Laz, acribillado en el  2011 en el barrio Jocay”, expresó el fiscal. 

El funcionario manifestó que José M. fue capturado por plagio en el 2012 con una pistola.

El arma fue  sometida a una pericia balística y se pudo establecer que había sido usada en diez muertes, incluida la matanza de los cuatro albañiles. 

La pistola automática era una Glock de calibre 9 milímetros, de fabricación austriaca. El Sistema Integrado de Identificación Balística  confirmó que el arma fue utilizada en las diez muertes ejecutadas entre el 2010 y el 2012.

El fiscal manifestó que las investigaciones de las otras muertes violentas están en indagación previa, y aunque el procesado insiste en que la pistola no era de su propiedad, seguirá siendo instruido porque fue hallada en su poder.

El fiscal manifestó que el arma estaba registrada a nombre de Antonio García Zambrano, alias “Escalona”, quien fue acribillado en octubre del 2010 en la entrada a la parroquia Eloy Alfaro, pero no puede ser instruido porque está muerto. Lo que la Fiscalía aún no ha podido establecer es el motivo de las muertes de los cuatro albañiles. Supuestamente los acribillaron por construir un aljibe para esconder dinero, pero esa teoría nunca fue confirmada por la Policía.