Sin que los del pueblo llano sintamos, comenzó el “movimiento de frutas” y los “camisetazos” de los aspirantes a ocupar ciertas importantes dignidades de la administración pública a quienes elegiremos en marzo del próximo año; son: Prefectos y vice prefectos, alcaldes y concejales cantonales, vocales parroquiales, y 7 consejeros del CPCCS.
Sin arrancar oficialmente la lid electoral, en vehículos ya se ve publicidad, conociéndose del trabajo que en los barrios realizan los partidos y movimientos políticos antiguos y unos nuevos en esta ocasión, casi todos dirigidos por personajes que ya ocuparon esas u otras dignidades político-administrativas del convivir provincial y hasta nacional, a quienes les llegan las prohibiciones de la consulta popular para sus actuales funciones, pero si pueden cambiar de éstas, obedeciendo su afán de “servir a la patria”, que es lo que ellos afirman. Por esto, previo al obligatorio voto ciudadano, razonemos basándonos en la observación y conocimiento de las gentes, entre quienes distinguimos a Pepe Mujica, el exitoso ex presidente de Uruguay de quien es oportuno, previo a sufragar, revisar sus pensamientos que son verdaderas máximas ciudadanas.
Por lo que en Manabí hemos vivido esta década “correísta”, apliquemos lo que dicta Mujica: “A los que les gusta mucho la plata, hay que correrlos de la política”; sobre este mandato no debemos pensar mucho, dado que aquí todos nos conocemos, por ello, conscientemente y sin nombrarlos ya sabemos por quienes no debimos votar nunca y peor debemos volver a hacerlo. Igualmente, Mujica nos recuerda que: “El poder no cambia a las personas, solo revela quienes verdaderamente son”; también: “Pobres no son los que tienen poco, son los que quieren mucho”; sin olvidar: “Nadie es más que nadie”; y finalmente: “La única adicción saludable es la del amor”; en esto, insisto en que luego de nuestras familias, debemos amar a la patria y/o sociedad en la que vivimos -por eso escribo aquí- y ahora, todos demostrémoslo con nuestro voto responsable.
Para ello, destaco a los prospectos que sin poseer negocios ni intereses empresariales, uniendo su experiencia de servicio social y/o médico a alguna buena labor previa en estos campos, por su disponibilidad, aspiran a captar a tiempo completo dignidades de mando, donde ofrecen aplicar sus nuevas ideas, no para fortalecer sus negocios -que no los tienen- sino aspirando pasar a la historia como un buen ejemplo para sus hijos y en reciprocidad a los ciudadanos que confiemos en ellos; también, loablemente manifiestan que los anima su amor a la tierra que los vio nacer y les ha dado todo lo que son y poseen.
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