Creo que a nadie ya le queda duda: en el Ecuador se están respirando otros aires.
Y se respira no solo por el ambiente político actual y por las medidas tomadas por el Presidente Moreno que han generado una nueva atmósfera sino también por las leyes que están por aprobarse en la Asamblea, aquellas especialmente que promueven el Presidente y el asambleísta Cely y que tienen que ver, en esencia, con garantizar estímulos a los ecuatorianos y al mundo para que inviertan en el país. El mérito radica en que aún sin aprobarlas, el Ministro Campana ha logrado promesas escritas de inversión por nueve mil millones de dólares. Dígase lo que se diga, se esté o no de acuerdo con el Presidente Moreno, alcanzar esa cifra es un logro y es, sobre todas las cosas, una demostración fehaciente que la confianza, piedra angular de la inversión, ha regresado al país.
Por supuesto, que faltan otras condiciones para que haya más fluidez de dólares en la economía, pero lo importante es que el gobierno nacional está comprendiendo que sólo y únicamente con inversión es posible el crecimiento y el empleo en el país. Esto me parece que realmente es el núcleo de la gestión del gobierno, en lo que a economía se refiere. Claro que también hay que gastar menos, recortar una burocracia frondosa y que todos los ministerios estén alineados con el objetivo de atraer inversión. Pero lo hecho hasta ahora, repito, no solo es bueno sino que también es un ejemplo para todos los gobiernos regionales y locales. Sí, hay que emular lo bueno y ver la manera para reproducir localmente lo que se hace como país. Desde luego que los municipios, por ejemplo, tienen otras obligaciones, pero igual tiene el país. Pero se debe comprender, de una vez por todas, que un gobierno seccional no solo, como es el caso de los municipios, deben servir para barrer las calles, cobrar impuestos o dotar de agua potable y alcantarillado a las poblaciones que sirven. En realidad, estos objetivos quedaron muy atrás. Es decir se los da por normales. El tema es que hacer además de eso.
En consecuencia, la creación de empleo es lo importante para una ciudad o región. De qué serviría, dicen los entendidos, “tener una casa impecable si no hay dinero para comer”. Trasladado este concepto a los gobiernos regionales y locales, quiere decir que la gente debe tener trabajo. Esa es la primera prioridad de un ser humano. Bueno si es así, si se está convencido de ese concepto, la inversión es, o debería ser, una obligación para los gobiernos de cualquier nivel. Por lo tanto, la inversión lograda por el Ministro Campana sirve para exclamar, “si así llueve, que no escampe”
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