De estas percepciones se deduce que la zona, adyacente al antiguo centro comercial de Portoviejo, está muy lejos de alcanzar el ritmo económico deseado.

Fátima Pinorgote es una de los propietarios que, gracias a su trayectoria comercial, están “un poco seguros”.

“En realidad las ventas son un poco lentas, la recuperación económica es lenta; yo tengo la ventaja de que cuento con una clientela fija, que me busca”, dijo doña Fátima, vendedora de materiales para la confección de artesanías.

Según ella, quien llegó al lugar en enero, la llegada de buses por el sector ha permitido que comience a dinamizarse la zona.

Kevin Gutiérrez, administrador de la cevichería Pepe 2, está convencido de que hace falta que la gente se arriesgue más para reactivar la zona.

“La gente como que no ha tenido motivación para venir a invertir, por eso deseamos que el centro comercial sea construido”, indicó Guitiérrez, quien tiene firmado un precontrato por un año de arriendo, a 400 dólares el mes.

Él también, como Pinorgote, aseguró que el contar con cierta trayectoria entre los locales de comida le ha permitido trabajar sin mayores contratiempos.

José Cedeño, administrador de un almacén de ropa, indicó que los comerciantes “sí alquilan, pero por aquí se necesita más seguridad, que la Policía haga más rondas”.

En el edificio donde funcionaba el Plus Ultra, dos negocios, uno de zapatos y otro de venta de celulares, abrieron por dos meses y cerraron porque las ventas eran escasas. Solo ha quedado uno de venta de productos naturales.