Temía quedar como una mentirosa, pero dicho dibujo le hizo notar que sí podía, le infundió ánimos para contarlo a su madre y allí se inició un proceso investigativo que terminó con la sentencia de prisión del maestro abusador.

En Manabí, cada vez más niñas y niños toman valor para contar estos casos de abusos, señala María Santos, coordinadora de Educación.

Ella aseguró que no se tolera este tipo de delito, incluso existe un programa que busca que los profesores abusivos sean sentenciados en dos ámbitos: En  la justicia común y administrativamente con la pérdida de sus cargos, algo que no sucedía antes, cuando muchos casos quedaron impunes o fueron levemente sentenciados.

Precisamente esa percepción de injusticia llevó al Ministerio de Educación a revisar nuevamente los archivos de denuncias de violación a alumnos.

Un grupo de abogados revisó los casos desde el año 2014, allí encontraron que en 37 de ellos la sentencia fue muy leve por parte de la Junta de Resolución de Conflictos, que se encargaba de estos casos.

Entonces la coordinadora zonal ayer llevó los 37 expedientes hasta la Fiscalía provincial de Manabí para que la justicia realice la investigación. 

El fiscal Enrique García acogió los expedientes y señaló que están empeñados en que los casos de violación sean sancionados con todo el rigor de la ley, incluso expuso que en este año hay casos emblemáticos, como el del profesor Luis P., que fue encontrado con una alumna y la Fiscalía lo acusó, logrando una sentencia de 22 años de cárcel. 

Carlos P. fue sentenciado a 29 años por violación a una alumna, mientras que Alberto M. pasará 20 años tras las rejas por el mismo delito.

En el 2017 se presentaron 116 casos de violación en Manabí, recordó.

Destacó que las víctimas o sus familiares tienen todas las garantías para denunciar este tipo de casos y recalcó que junto a profesionales logran el resultado esperado.

>Dinapen. El agente de la Policía Especializada en Niños (Dinapen), Wilson Ávila, señaló que en el caso de los profesores, los escolares lo ven como un integrante más de su entorno familiar y por eso le brindan toda la confianza y cuando hay abusos entonces temen contarlo, sin embargo dijo que desde el 2015, en que se inició una campaña de difusión en los propios planteles, las cosas han ido cambiando y los alumnos adquieren valor para contarlo a sus padres. 

Así, dijo, en el año 2015 se registraron 105 denuncias, mientras que en el 2016 fueron 170, al siguiente año sumó hasta 210.

Cree que la facilidad o confianza en el sistema incide en que se presenten los cargos.

Para la psicóloga clínica Carolina Caicedo, un alumno abusado suele presentar signos a nivel de comportamiento (retraídos o más agresivos). Mencionó que la formación desde el hogar es fundamental para que los alumnos determinen cuándo se trata de un abuso.