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Afectados
No se irán de El Guabito hasta tener su casa

Con casas hechas de palo, plástico y sábanas, 5 familias de las 16 que fueron desalojadas de El Guabito esperan por una vivienda.

Miércoles 06 Junio 2018 | 11:00

 Mayra Zambrano integra una de las 16 familias que fueron desalojadas el mes pasado del reasentamiento El Guabito por ingresar a una vivienda que no les correspondía, tras haber perdido las suyas en el terremoto.

Esto fue motivo para que ella junto con 20 personas más armaran carpas detrás de los últimos bloques del plan habitacional.
Comenta que luego del terremoto ha tenido que pasar días grises. Ella es madre de tres niños y las condiciones en las que viven son deplorables. Su “casa” no mide más de tres metros cuadrados, el techo casi dos metros de alto, su cama y la cocina están unidas y no cuentan con un baño.
Narró que vivir de forma improvisada es desesperante, “en las noches hace frío porque las paredes son de plástico y sábanas, eso ha hecho que los niños se enfermen. En el día el calor es sofocante porque la casa parece un sauna”.
Mónica Mera, vecina de Mayra, comenta que vivir en estas condiciones no es nada fácil. Ella tiene cuatro hijos y subsistir de donaciones no les garantiza que en el día tendrán sus tres comidas.
“Aquí se nos dificulta todo, por ejemplo acceder al agua, no tenemos baños, lavamos los platos afuera en el patio, vivimos con la preocupación de que llueva y se nos moje todo”, dice Mónica. 
Añade que mientras construía su “vivienda”, uno de los palos que sostiene el plástico del techo le cayó en la cabeza, afectando su estado de salud.
Entre las otras familias que habitan en el lugar hay una mujer que ayer dio a luz.
Sus vecinos no saben cómo vivirá el menor, pues el lugar no es apto para un recién nacido.
Quienes cuentan con una casa propia en el plan habitacional han brindado ayuda a las 5 familias que aún no son atendidas.
Soraya Mera es una de ellas y señala que frecuentemente les presta el baño.
Estos habitantes improvisados se mantienen a la espera de recibir ayuda por parte del Estado. Aseguran que tantas han sido las promesas, pero que hasta la fecha no cumplen lo ofrecido.
Estas familias coinciden en que no se irán del lugar hasta recibir una vivienda, ya que aseguran no cuentan con un lugar adónde ir.
Gregorio Cedeño, coordinador zonal del Miduvi (e), vía telefónica dijo que no tenía conocimiento del tema, sin embargo indicó que enviaría a un equipo social hasta el lugar para levantar la información.
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