Entre los síntomas emocionales más frecuentes están la depresión, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, confusión.
Mientras que entre los efectos físicos “se encuentran la sudoración excesiva, taquicardia, hormigueo en las extremidades y sensación de vacío en el estómago, lo que se puede traducir en úlceras ya en los casos más extremos”, explicó Gregory Celis, director médico de Laboratorios Bagó del Ecuador.
Estos sentimientos impiden al sistema digestivo realizar eficazmente sus actividades metabólicas, debido a que el estómago está íntimamente conectado con el sistema nervioso y el cerebro.
Por su parte, Joseph Mercola, experto y activista en salud natural reconocido internacionalmente, explica que en el momento en que el estrés impacta al intestino se genera una disminución en la absorción de nutrientes, lo que reduce cuatro veces el flujo sanguíneo en el sistema digestivo. Esto provoca una disminución del metabolismo, detalla.
Además se genera una disminución de la producción enzimática en el intestino, como unas 20 mil veces.
Para esto Celis y Mercola tienen unas recomendaciones similares que ayudarán a reducir el estrés y mejorar tu salud intestinal, las cuales detallamos a continuación.