Recibir un país con unos 10 mil millones de endeudamiento y luego de por algunos años gozar de la lotería del petróleo sobre los 100 dólares el barril, con el poder de gobernar sin oposición, habiendo suprimido la calificación previa de Contraloría a las contrataciones evitando así la necesaria fiscalización y con buena parte de la población “sabatizada” a su favor, con todo lo mencionado -que fue una suerte de dictadura legal- “descubrimos” que ahora estamos endeudados en casi 60 mil millones de dólares, ¡6 veces más!

A esto hay que aumentar los crecientes sub y desempleo, la rampante corrupción, miles de menores violados sexualmente en locales educativos, la creciente adicción juvenil a las drogas, con déficit en el presupuesto fiscal por la desaforada contratación de obras y  burócratas y la huida de capitales dada la desconfianza de los emprendedores; con estos negros resultados, no cabe sino ratificar como pésimo el Gobierno de quienes -ellos sí-, por todo lo que  engañaron, serían los verdaderos traidores.

Por ello, habiendo recibido así al país, con sus instituciones de control dirigidas por verdaderas trincas, con muchos “pelucones” nuevos ricos surgidos del “correato”, con aires de dueños de la verdad de algunos de sus asambleístas, con una economía a un tris de colapsar, con un IESS y Banco Central saqueados, las fuerzas de seguridad nacional casi descarriladas, y así, pare de contar, puede decirse que este primer año de Moreno ha sido titánico en su afán de corregir este caos. 

Por ello, se aplauden los últimos nombramientos de colaboradores para que cambien el rumbo socioeconómico-político de la patria, aprovechando el respaldo de la consulta popular de febrero y estas recientes designaciones que son las que hacen renacer la confianza y la inversión, consecuentemente el empleo, producción y ahorro, aunque éste sea para pagar la monstruosa deuda que dejaron quienes deben ser sancionados a como de lugar por su irresponsabilidad; evitando a la vez, que con la “care’tuco” que muchos les endilgan, vuelvan a engañar a la población más necesitada aprovechándose de sus votos. Queda la esperanza de que en este segundo año, la nueva visión socialista de Moreno, encamine nuestro Ecuador por la ruta y a las cifras que todos sus pobladores nos merecemos.