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El mundo da las vueltas... amigos
El mundo da las vueltas... amigos
Por: Universi Zambrano Romero

Sábado 26 Mayo 2018 | 10:00

Lo que les voy a contar a algunos les parecerá inverosímil. En las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado, Venezuela se convirtio en el “otro” sueño americano. Debido a la bonanza económica de ese país por el boom petrolero, miles de familias ecuatorianas emigraban a la tierra de Bolívar en busca de trabajo y riquezas. Llegó de todo: agricultores, comerciantes, mecánicos, jardineros, etc. Y tras de ellos más familiares, amigos, agnados y cognados. Más de cien mil ecuatorianos vivían en Caracas, Valencia, Puerto Cabello, Mérida y Barquisimeto.

La bonanza era tal que los fatuos venezolanos se daban el lujo de viajar en aviones charter a las 6am, para hacer “mercado” en Miami y volvían en otro vuelo el mismo día a las siete de la noche..Increíble..no...?
Los venezolanos, especialmente caraqueños arrasaban el stock de las grandes tiendas...Si alguien preguntaba cuánto vale este traje, trescientos dolares, el venezolno decía : ta barato dame cinco. Un par de zapatos floshaine ochenta dólares, ta barato, dame tres pares, Tenían dinero a manos llenas, por eso los cubanos en Miami apodaron a los venezolanos: los “ta barato”. 
Frente a la masiva migración de ecuatorianos, colombianos, peruanos y bolivianos la temible DEX, dirección de extranjería, se dedicaba a perseguir a los migrates indeseables: los andinos. Profesaban un odio cerval especialmente contra los ecuatorianos, peruanos y bolivianos. Los domingos, aprovechando que los andinos iban a los parques a jugar fútbol y a comer sus platos típicos, la DEX hacía grandes redadas y los lunes eran DEPORTADOS a sus países de origen sin ninguna contemplación. A sus mujeres no les permitían ir a parir a los hospitales de Caracas, por ser andinas, por lo cual tenían que ir a parir sus hijos con cédulas prestadas de alguna vecina venezolana bondadosa.
Lo dicho, lo atestiguo porque viví muchos años en Caracas como Consul General del Ecuador. Solo Dios y mi esposa saben la lucha que tuve que librar en defensa de mis compatriotas . Eran los años 90, la última década del siglo XX.
Cada vez que veo con estupor el enorme éxodo de venezolanos, recuerdo estas vivencias. Hace pocos días estuve en Manta y me llenó de asombro ver cómo la ciudad está “invadida” por venezolanos, taxistas, meseros, cocineros, saloneros, la gran mayoría de empleados de hoteles y restaurantes son venezolanos.
Amigos, cómo el mundo da las vueltas..!, Dios castiga la prepotencia y el orgullo. Al mismo tiempo qiue pienso: Qúe generosos somos los ecuatorianos..!
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