Steven García esperaba una niña con su esposa, Marina.
Sin embargo, el día del nacimiento de la bebé recibió una llamada, pensando que sería la más alegre de su vida. Pero, fue su hermana la encargada de darle la fatídica noticia. La niña que Marina llevó en su vientre durante 37 semanas había nacido muerta.
Un mes después de su llegada del país asiático, el sargento realizó la debida investigación y se dio cuenta de que todo formó parte de una macabra mentira. La niña había nacido en perfecto estado. Marina, su esposa, quería ocultar que Steven no era el padre de la bebé.