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Alias ''Guacho'' no es un simple disidente

En abril del 2017 se reunieron el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Domingo 20 Mayo 2018 | 12:52

El tema a tratar era de vital importancia: las amenazas que empezaban a surgir tras la firma del Acuerdo de Paz, lo cual había ocurrido cinco meses atrás.

En la reunión un nombre fue mencionado una y otra vez: Walter Patricio Arizala, alias “Guacho”. Para ese momento le atribuían por lo menos 22 asesinatos cometidos en menos de un año y era identificado como jefe de milicias entre Tumaco y Ricaurte (Nariño). Su área de operación era entonces la misma que sigue siendo hoy: Llorente. 
Un año más tarde, a “Guacho” lo acompañan más de 400 hombres armados, de los cuales casi 140 conforman su esquema de seguridad. Tiene sólo 25 años, pero su conocimiento de la guerra, del narcotráfico y del suroccidente del país le ha dado la confianza para desafiar abiertamente a Colombia y a Ecuador. 
El secuestro de un equipo del diario ecuatoriano El Comercio, el cual fue ejecutado en cautiverio, quedó como prueba de su poderío de la zona fronteriza. Y mientras ambos países lanzaron una fuerte ofensiva militar para encontrarlo, “Guacho” a secuestrar a otros 2 ecuatorianos.
Alianzas. Las autoridades colombianas confirmaron un dato determinante: “Guacho” está forjando una alianza con Miguel Botache, alias “Gentil Duarte”, uno de los exlíderes del bloque Oriental que, aunque llegó hasta a participar en los diálogos de La Habana, terminó dándole la espalda al proceso de paz y escapándose con hombres bajo su mando y más de US$1 millón. 
“Guacho” y “Gentil Duarte” son las caras de las disidencias de las FARC, y aunque “Guacho” y su gente insisten en que su interés en rearmarse tiene que ver con los incumplimientos del Gobierno frente al Acuerdo Final, el panorama de narcotráfico en Tumaco demuestra que sus intereses van ligados también a propósitos mucho menos filantrópicos.
Un imperio. Este exguerrillero, estiman fuentes de la Fiscalía colombiana, tiene el control de una trocha de 90 kilómetros entre Tumaco y Ricaurte, clave para el dominio que ejerce porque es la ruta principal para sacar la droga por el Pacífico. Recibe más de $4.000 millones al año sólo por los impuestos que cobra a los grupos ilegales que tienen en Tumaco sus plantaciones o sus laboratorios. Y, además, ya tiene sus propios laboratorios. 
Con ellos logra producir más de 10 toneladas de coca al mes. 
En la región, sin embargo, perciben el asunto de otra manera, especialmente ahora que hay unos 12.000 militares colombianos y 10.000 ecuatorianos para perseguir a “Guacho” en la frontera. “
Nosotros estamos igual de conmocionados que el resto del país con lo que está pasando. La gente está en sus casas sin poder salir, todos los días hay capturas, hay una situación de descontrol en el territorio que no se vivía hacía mucho tiempo”, le dijo a El Espectador Diana Mantilla, líder de Asominuma (Asociación de Juntas de Acción Comunal de los ríos Nulpe y Mataje). 
“Nosotros empezamos a advertir esta situación desde que las FARC abandonaron el territorio”, agregó.
Mantilla resalta que en octubre pasado, cuando seis cultivadores de coca resultaron acribillados durante una protesta al parecer por la Policía, el vicepresidente Óscar Naranjo viajó a Tumaco y se pactaron unos compromisos que, hasta la fecha, no se han honrado. Y que, en cambio, el Gobierno insiste en la erradicación forzada, dejando a los campesinos a su suerte. La persecución a “Guacho”, señala ella, ha empeorado todo. 
“Por temor no hemos querido denunciar lo que está pasando en el territorio, es que ya no sabemos a qué mecanismos recurrir. Ha habido percances con el Ejército ecuatoriano”, señaló.
El panorama se avizora complejo. En este departamento hay presencia hoy de la gente de “Guacho” -que se autodenominó frente Oliver Sinisterra-, del ELN, del clan del Golfo, cárteles internacionales que fomentan el aumento de las plantaciones de coca, y el Estado, como ha sido tradicionalmente, “brilla por su ausencia”. (Tomado de diario El Espectador, de Colombia)
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