Él hace alusión a que la institución destinaba 800 mil dólares en pagos mensuales a prestadores externos por varios servicios, la mayoría por UCI. Sin embargo, poner a funcionar esta área, que se rehabilitó recientemente, les costó 40 mil dólares.

“No hay justificativo, pasaron dos años del terremoto. Habían recursos para pagar a prestadores externos y no para la UCI. Incluso había dinero de la reconstrucción”, citó Navia. 

El excandidato aseguró que la Contraloría debería hacer un examen especial y determinar las causas de por qué no se había puesto operativa esta área “tan sensible”. 

Él consideró que es necesario que el IESS focalice los recursos en temas necesarios, porque la demanda es inmensa y no logran cubrirla. 

“Uno externaliza, terceriza con prestadores externos procesos no inherentes a la institución. Pero no se puede tercerizar algo de salud, que debe tener un hospital”, dijo Navia. 

Al igual que el excandidato, el exmédico del hospital de Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Enrique García, indicó que la Contraloría debería investigar “por qué declararon que la estructura de la UCI no estaba en buenas condiciones y tenían que demolerla”. 

Él mencionó que la salud en el país es un desastre y que el IESS no es la excepción. “La falta de cuidados intensivos es una situación crítica en Manabí, hay déficit de camas y ellos se tomaron el lujo de cerrarla”, expresó. 

Él consideró que la Contraloría debe actuar con mano dura, pues con los 800 mil dólares mensuales que se destinaba a pago de prestadores externos “podían hacer cinco terapias intensivas”. 

“Es una corrupción rampante”, concluyó. 

Moisés Loor, jefe de la UCI del hospital, señaló en una entrevista pasada que durante meses pidió que se arreglara este espacio, pero, dijo, anteriores jefes buscaban otro tipo de solución, y la regeneración, como la que se hizo ahora, quedaba en espera. 

Loor aseguró que ahora la unidad es completa, tiene monitor multifunción, ventilador eléctrico, buena climatización y desinfección. 

Además cuenta con dos cubículos para sesiones de diálisis.

Carlos Vallejo, director general del IESS, estuvo este miércoles en Portoviejo y comentó que hace un mes  fue informado de que la UCI no estaba funcionando debido a daños leves como hundimientos de cielo raso, separaciones de paredes y otros de tipo menor, pero dio 15 días para que la situación fuera solucionada, lo cual se hizo con un presupuesto de 40 mil dólares y el lugar nuevamente está operativo con sus nueve camas, tal como era antes del terremoto.