Hace dos semanas Alecita  Loor sintió un sacudón en su hombro derecho que la lanzó a la vereda. 

Ese golpe era el espejo lateral de un carro en la intersección de la avenida 2 y calle 11.

Esa calle, que es parte del paseo José María Egas, tiene espacios laterales para los peatones, pero ese día estaban llenos de comerciantes y motocicletas que habían tomado el lugar como sitio de parqueo.

Alecita, de 65 años, caminaba en plena calle, obligada, dice, porque la avenida 2 cada día es menos peatonal. 

La vereda de un lado de la vía está prácticamente llena  de negocios: hay cerca de 25, y el otro lado es  el único espacio para los transeúntes.  

Además, el paseo José María Egas es utilizado como parqueadero de motocicletas, y algunos tubos que separaban la vía del área peatonal están dañados. 

Angélica Cruz cree que debe haber una regulación, ya que, a más del comercio, los conductores parquean sus carros donde sea y dejan sin espacio a los peatones. 

“Imagínese usted, una persona con discapacidad nunca podría andar por esta avenida (2). Tendría que tirarse a la calle”, señala la ciudadana. 

En la calle 24 de mayo. Pero el uso de veredas por parte de comercios no se da solo en la avenida 2. También en la calle 24 de Mayo, que lleva al Nuevo Tarqui, hay negocios que ubican su mercadería ocupando veredas y hasta parte de la calle.

Esto a más del comercio informal que ha crecido en  el centro de la ciudad, especialmente en los semáforos, donde se puede hallar a venezolanos y colombianos, según la Comisaría Municipal. 

Mauro Pinargotti, titular de la entidad, señala que este tipo de vendedores son los que también invaden las veredas con sus carretas. 

A ellos se los desaloja, pero regresan, afirma el funcionario.

Ese comercio informal aumenta los fines de semana, especialmente en los semáforos de la calle 24 de Mayo y el Nuevo Tarqui. 

Pinargotti dice que tienen un proyecto para ubicar a los informales en un espacio que puede ser  el mercado de Santa Martha, lugar donde hay locales vacíos.

La ordenanza dice que no se puede vender o hacer actividad comercial sin permiso municipal en la vía pública (portales, aceras y bordillos), pero hacer respetar la norma resulta complicado, ya que, según la misma Comisaría, los informales han aumentado en un 40 por ciento. No hay cifras exactas de cuántos son.