Actualizado hace: 935 días 18 horas 40 minutos
Eudaldo Flor Sacoto
La verdad no sabe bien

Generalmente la gente escribe para defender o para atacar y otros para informar o enseñar: en los primeros incide directamente la pasión y los intereses; en los segundos, ausente esa llama que aleja a la verdad del comentario, se impone el juicio imparcial, más aún si el autor es sólo un espectador del drama que vive la comunidad.

Jueves 26 Abril 2018 | 04:00

Es costumbre del nuevo candidato a elegir utilizar la palabra “cambio” como un slogan publicitario que vende ilusiones, sin contemplar y valorar el buen camino andado por su antecesor. 
Y el pueblo, inocentón, lo que más compra es promesas.
Si nos referimos a la prefectura actual, a sus obras realizadas, puedo afirmar que han sido buenas sin llegar a la  excelencia que pide el exigente. 
Tal vez en lo que tuvo una luz diferente, que hubiera tenido una trascendencia histórica, fue en  el pretender enviar a la provincia un mensaje de unidad. Esa unidad tan esquiva y desconocida por la continua competencia psicológica entre los cantones. 
Pocos son los que asimilan y sienten el valor de la unidad que convertiría a Manabí en una provincia fuerte, importante y decidora de su destino.
Respecto a ello tuve una idea estratégica referente a este propósito.  Seguramente ridícula para algunos. Se trataba de hacer una línea indirecta para llegar a la conciencia del ciudadano.
Diseñé una portada a color con dos manos enlazadas, un título: Plan de la unidad. Y en un lugar sin ostentación la imagen del candidato. Pero ésto, cuya idea era plasmarla en una escarapela, sería regalada a los infantes de II y III grado en las escuelas como miembros originales del plan, utilizaría al niño como vehículo de conciencia sin palabras para llegar al adulto padre de familia. Cuando regresara de la escuela el niño, al responder la pregunta de sus padres, orgullosamente aleccionado contestaría “Soy miembro del plan de Unidad Manabita”
Nunca envié estas ideas por temor a no ser entendido, más que por el candidato, por el círculo mediático que lo rodea. Lo más seguro es que  dirían que estoy loco.
Hice bien.  
Ahora puedo contarlo y no me afecta si se burlan de la idea. Pero cumple el propósito de dar importancia a la unidad tan cuestionada de los manabitas. El nuevo Prefecto debería apuntar a aquello, si fuera un idealista o un soñador que ama profundamente a su provincia. Pero esto no ocurre en el común de los candidatos acostumbrados a los niveles de nuestra política.
Volviendo a la prefectura vigente y sus obras realizadas, se puede decir que tienen un resultado benéfico para el sector agrícola, principalmente.
Pero lo consistente y atractivo de este prefecto es su notable sencillez, que los opositores degradan, y  su  cortedad en la palabra y en la farsa en lo que otros son muy hábiles;  que me hace recordar aquel proverbio chino “El que menos habla es el que más hace”.
 
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