Mientras el ex Delfín hacía el calentamiento, los aficionados locales a una solo voz le gritaron “Judas”. Silva sólo se sonreía. 

El defensa jugó de titular y fue partícipe de los tres goles que le marcaron a su equipo. En el primero lo bailaron, en el segundo lo anticiparon y en el tercero metió la mano en su área. 

El marcador fue 3-1 a favor de los “cetáceos”, quienes se afianzan con Fabián Bustos, técnico interino que ha ganado los dos juegos disputados con el equipo. 

Emelec se paró con varios suplentes debido a su participación en la Copa Libertadores el jueves ante River Plate en Argentina, y la pagó caro. 

Acciones. La defensa eléctrica se mostró insegura. Los jugadores delfinistas se aprovecharon de eso. Atacaron por los costados con Henry Patta y el uruguayo Fernando Arismendi, quienes fueron dolores de cabeza para los defensas. No los controlaron. 

Los locales dominaron el primer cuarto de hora del partido, pero una mala salida de la defensa originó un ataque de los emelecistas. Luis Luna falló. 

El esférico lo recuperó Jefferson Montero y se lo pasó a Robert Burbano. El bloque defensivo de los “cetáceos” quedó mal parado, entonces Bruno Piñatares fue a la marca de Burbano, le hizo la falta dentro del área y el árbitro decretó el penal. 

Al cobro fue Burbano y venció a Pedro Ortiz a los 15’. El portero voló hacia el otro costado del balón.  La visita tomó confianza con el gol, los locales también siguieron con confianza, pero con un tanto en contra. Pedro Pablo Perlaza fue al ataque cuantas veces quiso. Por su costado: el derecho, fue donde Delfín hizo más daño. Cuando iban 33 minutos fue a la carga, le dio la pelota a Chicaiza,  que recortó hacia el centro. 

El mediocampista metió un pase en profundidad a Garcés, Silva lo siguió, el delantero le hizo un quiebre de cintura y sacó un centro hacia el segundo palo, Geovanny Nazareno empujó el balón al arco y marcó el empate.

Emelec quedó noqueado mentalmente. Cinco minutos después recibió la segunda.  Perlaza, una de las figuras del partido, volvió a atacar, le entregó el balón a Garcés, y de nuevo le ganó el duelo a Silva, centró, el arquero Adrián Bone por poco alcanzó el balón, quien llegó fue Arismendi y puso el segundo gol a los 36’.

En el segundo tiempo, Silva tuvo la barra de Delfín a su espalda. Los aficionados le lanzaron palabras, y no de amores. Cuando se jugaban 40 minutos el balón golpeó en la mano de Silva. Garcés cobró el penal y puso la tercera. Al final el paraguayo se fue con la mirada al piso, y Delfín con una sonrisa de oreja a oreja.