Margarita tiene 72 años y es una de las más populares tejedoras de El Milagro de Picoazá, en donde por décadas se han confeccionado los afamados sombreros de paja toquilla. 

Ella y toda su familia se dedican a esta labor. En realidad, en el sector son decenas de artesanos los que tienen años en este trabajo que lo culminan en Montecristi, donde acuden porque allá tienen las máquinas para dar el remate o la forma final al sombrero.

Sin embargo, los sombrereros de Picoazá recibieron esas máquinas de parte del Gobierno de la República Checa y esperan en poco tiempo poder utilizarlas.

También el Municipio de Portoviejo se ha unido a este proyecto con un plan de varios componentes que busca ser la fortaleza definitiva para vender gran cantidad de estos accesorios y así mejorar la calidad de vida de los artesanos.

Reactivación. Diana Bravo, directora de Desarrollo Productivo (e) del municipio, dijo que se busca el fortalecimiento asociativo de los artesanos, así como la capacitación y la comercialización para generar mejores ventas. 

Adicional, el cabildo prevé construir un local de dos pisos como un sitio temático donde se expongan y se comercialicen sombreros y además sea parte de un circuito turístico patrimonial que incluya el cerro Jaboncillo y el museo que existen en ese sector. 

Esta medida fortalecerá el turismo y potenciará la venta de sombreros. También el municipio comprará varios de los accesorios para regalar a personalidades que visiten el cantón.

Bravo dijo que están próximos a entregar (a finales de abril) los estudios del proyecto. 

El local estará en el sector del antiguo camal de Picoazá y se construirá con recursos de la reconstrucción, en el rubro de proyectos de reactivación productiva. 

En la actualidad, en El Milagro los sombreros cuestan hasta $250 los más finos.