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Políticos de la vergüenza
Políticos de la vergüenza
Por: Jacinto García Delgado

Viernes 20 Abril 2018 | 04:00

Así de sencillo…Nadie viene al mundo para ser pobre y ninguno nace rico, de ahí que feliz el afortunado que vive de su riqueza y dichoso el infortunado que subsiste con su pobreza. Tanto el uno como el otro no deben envidiarse nada.

El Ecuador al estar entrando al año político y electoral aparecen los precandidatos, que pretenden ser candidatos en las elecciones intermedias del 24 de marzo del 2019; lo preocupante es notar que algunos no poseen título universitario con su respectiva especialidad. Como también carecen de capacitación e instrucción especialidad en política.

Conocido es por todos que las oficinas y departamentos de los GAD parroquiales, cantonales y provinciales, son dirigidas por funcionarios que tienen preparación académica; entonces, qué se le puede exigir al representante del pueblo designado dentro de la corporación para la comisión de justicia, si no conoce de leyes porque no tiene título de abogado. Igualmente si es elegido para la de finanzas si no tiene conocimientos de economía; o si está situado en la comisión de vialidad, pero no tiene noción de obras públicas.
Tradicionalmente la historia enaltece, engrandece y ennoblece a los gobernantes que comprendieron que el  mandato no es eterno sino pasajero; y al cumplir con su noble misión dejaron el sello inconfundible de su preocupación, dinamismo y ejecutividad, tanto dentro y fuera de la institución. El derecho a la reelección le asiste por la  efectiva función  desarrollada.
Ahora bien, ¿podrá volver a ser candidato el que engañó y quiere seguir engañando?  ¿Quién o quiénes llegaron al gobierno municipal a satisfacer solamente sus ansias personales o cumplir con el partido? Los directivos, dirigentes o líderes tienen que terminar con ese dogal antiprogreso que se les conoce con el membrete de “los mismos de siempre”. Caso contrario, el resultado será cansancio en los hombres y mujeres electores, cercanos a la ciudad o hasta el más lejano.
Entonces, ¿por qué razón los que tienen ambición de poder y dinero escogen la política? La pregunta tiene las dos respuestas siguientes: 1) convertirse en millonario de la noche a la mañana, 2) adueñarse de los empleos o plazas de trabajo.
Admirable es la actitud de los que eligen el trabajo honrado y transparente y con el paso del tiempo se convirtieron en empresario del alguna industria, medio de comunicación, fábrica, transporte, negocio. No así la política, muchas veces desprestigiada.
El pueblo ya no consume demagogia, la conciencia de los 22 cantones y sus parroquias manabitas está despierta. Ecuador y Manabí necesitan de gobernantes con conocimiento y sabiduría, probos y de moral. 
Reflexionando: No es pecado ser político, pero si no estás preparado políticamente para administrar tu pueblo, mejor no te metas. Zapatero a tu zapato.  
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