Actualizado hace: 935 días
Portoviejo
Fue por camarones y murió ahogado

Mercedes recuerda con afecto a su hermano y hasta llora cuando recuerda los momentos que compartieron.

Jueves 19 Abril 2018 | 11:00

 José Ramón Valdez Valdez, de 47 años de edad, pereció ahogado hace dos años en las aguas del río Chico. En esos días había limones por todas partes y el precio estaba por los “suelos”, por eso José no salió a cosechar aquel día. Agarró un saco y se fue lleno de entusiasmo al río con la firme intención de llenarlo de camarones de agua dulce.

Valdez padecía de epilepsia y se presume que estando en la pesca fue víctima de una crisis, entonces convulsionó y se ahogó.
AGRICULTOR. José Ramón se caracterizó por amar a la tierra. No fue de las personas que se sentían atraídas por algo de la ciudad y prefería quedarse entre sus cultivos. 
En el sitio Pimpiguasí (parroquia Calderón) tenía un espacio ganado en base a su responsabilidad, ya que jamás asumió un compromiso que no pudiera cumplir.
Otra de sus costumbres era comer a las 12h00. Nada del mundo podía separarlo del plato de comida a esa hora, y no importaba la distancia. Antes de que las manecillas del reloj marcaran el mediodía, José estaba junto a la mesa listo para “matar el hambre”. 
El 5 de febrero del 2016 José Valdez se acercó a su madre para decirle que ese día no iría a cosechar limones, ya que el precio estaba bajo y mejor le apostaría a los camarones. Tomó un saco de color verde y se fue; sin embargo, su mamá le recomendó que fuera por los cítricos. 
PERDIDO. Entonces caminó acompañado de sus zapatos de lona y desapareció de la vista de su madre. Un sendero en el limonar lo condujo directo al río. En casa todo quedó en paz.
Algo pasó esta vez. 
José no llegó a comer. El plato fue servido en su lugar de siempre y poco a poco se enfrió; entonces la mamá comenzó a pensar que algo malo había pasado. Casi a las 13h00 le dijo a una de sus hijas la novedad, y ésta a la vez a uno de los hermanos, quien inició la búsqueda.
Partió de un lugar suponiendo dónde estaría el cuerpo y así fueron avanzando en la limpieza de las palizadas. En cierto momento se dieron cuenta de que estaban enviando muchos desperdicios y que podían fracasar. A 500 metros y cuando el pesimismo rondaba la mente los parientes de José, su hermano Adalberto sintió que una pierna lo rozó debajo de las aguas, entonces las agitaron y el cuerpo flotó.
El hallazgo despertó un drama familiar que no ha sido fácil dejar atrás.
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