En el filme, que ya se estrenó en Puerto Rico y el próximo viernes se presentará en Estados Unidos, el artista muestra cómo la fama y el dinero lo consumieron, hasta el punto de intentar quitarse la vida.

El cantante se interpretó a sí mismo en todos estos pasajes de su vida “y fue difícil, pero lo más duro fue volver a ‘perrear’ canciones como: ‘Baila morena’, ‘Felina’, entre otras”, asegura.

Aquella escena no solo requirió de mucho valor para él, sino que además provocó que su hija de ocho años, quien no lo conoció en su faceta de reguetonero, abandonara el set de grabación al verlo. 

“Fue en una discoteca y ella (la niña) le pidió a la mamá que la sacara de ahí porque no soportaba verme en estas condiciones”, confesó a El Diario, desde Florida, Estados Unidos, donde estaba promocionando la cinta. 

La pequeña se impactó porque ella nació en el hogar restaurado de Héctor, quien hace diez años se rindió ante Jesús. 

Pero durante el rodaje de la cinta, no todo fue dolor. También hubo momentos agradables, como el que compartió con Daddy Yankee, Wisin y Tito, quienes también actúan en la película. 

Para el cantante fue muy grato contar con la participación de sus colegas, pues ellos nunca se han negado a una colaboración para él. 

Por eso opina que en el momento que Dios decida, ellos conocerán al evangelio.

Sin embargo su deseo no se aleja de la realidad, porque Daddy Yankee pertenece a una familia de cristianos y Wisin también tiene a una esposa creyente, quien salió llorando del estreno de la producción en Puerto Rico. 

“Hay un sinnúmero más de colegas que acogerán el llamado de Jesús”, sentenció con seguridad. 

 

Predicador.  Su película biográfica es para Héctor, el resultado de la autorización que Dios le dio en un llamado, para predicar la palabra del Señor por medio de la pantalla grande. 

Cree que, a pesar del sacrificio que significó para él, era necesario compartir su testimonio de converción para ayudar a que otras personas hagan lo mismo. 

“Es una forma de evangelizar, de llevar el mensaje de Jesús y que la gente entienda, que aquel hombre que lo tenía todo: fama, dinero, le hacía falta algo que no se compra, le hacía falta Jesús”, afirmó  Delgado, quien hace ocho meses se convirtió en pastor de una iglesia ubicada en el Municipio de Río Grande, en el barrio Las Dolores, de la Isla del Encanto.  

Ahora que su película es una realidad, Héctor está más que emocionado por los resultados. En dos semanas, más de 200 mil personas, vieron su filme en Puerto Rico y otras le han escrito a sus redes sociales para agradecerle que su matrimonio se salvó después de ver la cinta. 

Está feliz y no se arrepiente de su decisión porque Héctor Delgado, ya no está detrás de un premio, sino de la salvación que es eterna.