Eso es hacer patria, acción munificente a ser resaltada, conocida e imitada, por cuantas personas sea posible. 

Por eso, hoy debo referirme al Dr. René de la Torre Alcívar, conocido tribuno chonense, académico del derecho, estudioso de su esencia, que expone al público una breve obra titulada ¿Hacemos de la justicia una práctica diaria?, en que con varios ejemplos sencillos y claros nos lleva a conocer los legítimos procesos judiciales que deben ser conducidos a la aplicación legal estrictamente al Derecho; y evite o se elimine una serie de argucias, otros dicen leguleyadas, que se utilizan para alargar los tiempos o cambiar los modos de la seria aplicación de la Ley, en la que siempre sale perjudicada la parte más débil del litigio. 

Esta corta y bien cimentada obra, expuesta con mucha vehemencia, pone de relieve la gran calidad moral de un buen abogado y ciudadano defensor justo del Derecho, como lo es su autor. Cada ciudadano debe leer esta pequeña gran obra, expuesta con sapiencia y las mejores intenciones. 

A su vez, es de justicia recordar la acción y el legado de la señora doña Ena Molina Intriago, meritísima fémina chonense, que fue un ejemplo en su círculo familiar y que, acompañada de amigas con iguales principios de solidaridad, laboró sin descanso por los más desvalidos, sobre todo niños y ancianos, llevando siempre como enseña los principios del Rabí de Galilea, que lo predicó con el mejor de los ejemplos. 

Doña Ena logra armonizar sus sentimientos con la acción en la tarea ardua de la instauración de la iglesia de Potrerillo en Chone, continúa con éxito en una extensa labor con la Asociación de Damas San Vicente de Paúl, por varios años, con socias muy colaboradoras y entusiastas, que con toda responsabilidad trabajan en bien de la niñez y los ancianos, llevando a cabo actividades y logros varios que ayudarán a un mejor vivir por estos elementos tan relevantes de la sociedad, que recibían afectos y significativas mejoras en su diario vivir, muy requeridos por ellos. 

En sus tareas no hubo quejas, siempre optimismo y fe con buenos resultados, que hoy deben tener un lugar especial en la memoria de nuestras colectividades, en pos de que muchos más sigan trabajando en estos ejemplos que, sumados todos, contribuyen al bienestar social que fue lo que siempre impulsó doña Ena Molina Intriago, con el beneplácito de su extensa familia y un gran grupo de damas chonenses, que antes y ahora siguen bregando por mejores condiciones de vida para estos vastos sectores de nuestro conglomerado social. 

Ejemplos dignos de imitar.