Ahora debemos hacer trascendente nuestra preocupación por una actitud de los últimos días, consistente en el patrocinio de un técnico internacional que propugna la implantación y desarrollo de banano transgénico, no  recomendable para nuestro medio, en la lucha contra el mal de Panamá bananero. No se trata de la oposición cerrada al cultivo de ese tipo plantas, cuyo perjuicio a la salud y al medio ambiente no ha sido seriamente demostrado, peor en las especies de musáceas, típicas por la esterilidad de sus flores. Nos referimos a la inconveniencia comercial de la noticia de bque Ecuador pretende escoger ese camino y peor aún sembrar, toda vez que la importación de frutas resultantes de transgénicos está totalmente prohibida por las estrictas legislaciones de la Unión Europea, con sus 28 países miembros, y Japón, que cerrarían de hecho las compras ecuatorianas, situación que aprovecharían los competidores para ganar mercados. 

Un programa de actividades a desarrollar en las estaciones de INIAP destaca la apertura nacional dada al Dr. James Dale, de la Universidad de Queensland, Australia, cuya presencia para realizar ensayos con transgénicos resistentes ha sido rechazada en Filipinas, país con mal de Panamá, raza tropical 4, terrible enfermedad que acabaría  con nuestros bananos y plátanos, obliga a descartar cualquier indicio de manejo  que se fundamente en la tesis del indicado investigador, no queriendo decir con esto que INIAP, como ahora le autoriza la ley, pueda realizar trabajos de connotación transgénica, teniendo en cuenta que no debería ingresarse a Ecuador plántulas infectadas, aun cuando sea con fines de estudio, sería muy peligroso, no sólo por el riesgo de contaminación, sino que se estaría dando argumentos para favorecer a otros países exportadores.