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Sucre
Mujer venezolana pidió auxilio por celular, pero la mataron

Doris Sulay Garzón López (40) llamó por celular para decir que la perseguían e iban a matar, pero nadie pudo llegar a tiempo para evitar que la apuñalaran.

Miércoles 14 Marzo 2018 | 10:00

Cerca de las 07h45 de ayer se dio la alerta. Karla Bermúdez contestó el teléfono y al otro lado de la línea escuchó gritar desesperadamente a su consuegra Doris, pidiendo auxilio y diciendo que su expareja la había interceptado para acabar con su vida.

Los familiares y conocidos de Doris salieron desesperadamente de su casa en el sitio San Jacinto de Charapotó para ayudarla y pidieron auxilio a la Policía.
Por callejones, matorrales, paradas de buses, locales y otros sectores se emprendió la búsqueda desesperada de Doris entre la Policía, familiares y otros ciudadanos. El objetivo era encontrarla lo más rápido posible, antes de que le hicieran daño.
Pero ese día la suerte no acompañó a la mujer. Poco antes de las 10h00, cuando los policías pasaban por una calle del sitio San Alejo (limita con San Jacinto) de Charapotó, entre la maleza observaron tirados los cuerpos de dos personas, quienes se encontraban boca abajo.
Los policías se acercaron y confirmaron lo peor. Eran Doris Garzón y su expareja Darwin C. (43), quienes presentaban puñaladas en el pecho y otras partes del cuerpo.
Para Doris ya era tarde, no tenía signos vitales,  dijeron los agentes; pero Darwin C., a pesar de sus heridas, aún tenía pulso, por lo que llamaron a una ambulancia, le dieron los primeros auxilios y lo trasladaron al hospital de Rocafuerte para luego ser derivado a Portoviejo.
LA SIGUIÓ HASTA LA MUERTE.  Tanto Doris Garzón como Darwin C. son venezolanos.
“Ella se vino hace unos 7 u 8 meses de Venezuela y estaba viviendo en mi casa en San Jacinto junto a su hija de 7 años y su hijo de 19 años”, dijo Karla Bermúdez, quien es suegra del hijo de la ahora fallecida.
Bermúdez comentó que por su parte, lo que conoce es que hace unos 5 meses Darwin C. también se vino de Venezuela tras su esposa y sus hijos, pero ella ya no quiso reanudar la relación y el hombre se quedó trabajando en un taller de pintura en el balneario San Alejo, donde también consiguió un lugar para vivir.
“Las amenazas contra ella eran constantes. Si la Policía le revisa el teléfono se dará cuenta de cuantas veces le escribía y la amenazaba diciéndole que la iba a matar”, expresó la consuegra.
Bermúdez relató que Doris Garzón se ganaba la vida de lunes a viernes trabajando puertas adentro, cuidando niños en el sitio San Alejo y los sábados y domingos trabajaba en un restaurante del mismo lugar. “Como era martes ella iba de San Jacinto a su trabajo en San Alejo y al parecer fue interceptada en el camino”, señaló.
El mayor Javier Chango, jefe de la Unidad de Criminalística de la Policía de Manabí, quien acudió al lugar de los hechos para realizar la investigación por el crimen, indicó que los cuerpos presentaban puñaladas.
“En los montes se encontró quebrado el mango de un cuchillo de cocina, que fue el que se usó aparentemente para la agresión, pero no hemos hallado la hoja del cuchillo, lo buscamos con un detector de metales, pero no apareció. Hay la posibilidad de que el resto del cuchillo siga en el cuerpo de uno de ellos, eso se sabrá más adelante”, explicó el jefe de Criminalística.
Pasado el mediodía el cadáver de Doris Garzón fue trasladado al centro forense de Manta para la autopsia.
VIOLENCIA. En tan solo los últimos 9 días de marzo tres mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en Manabí.
En los tres casos los celos y el no aceptar que su pareja  desea iniciar una nueva vida han sido los detonantes para los crímenes, según los familiares de las víctimas.
En los tres casos los presuntos femicidas han intentado suicidarse luego del ataque a sus parejas, pero dos han sido hallados con signos vitales y los han salvado, mientras que uno sí falleció.
Una de las víctimas de femicidio fue Otta Zambrano, de 47 años. Ella fue asesinada con un disparo en el pecho este domingo en el sector La Brava, perteneciente a la parroquia Wilfrido Loor Moreira, en El Carmen.
Su presunto asesino fue su expareja Tomás Zambrano, de 58 años, quien se suicidó.
Obedeciendo la última voluntad que tuvieron en vida, de ser sepultados al lado de sus padres, Tomás y Otta Zambrano fueron enterrados ayer.
Tomás Zambrano fue llevado al cementerio de la parroquia Wilfrido Loor Moreira (Maicito), a las 11h00 y más tarde Otta fue llevada al sitio Cucuy, de la parroquia Eloy Alfaro del cantón Chone, donde se dio su sepultura.
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