Su compañero de tribu Fred Lane calificó a la orca de una “pequeña niña” que fue separada de su grupo familiar en 1970, en la zona costera de Puget Sound, en el estado de Washington, cuando apenas tenía 4 años de edad.

Lamentó que las corporaciones como Seaquiarium, adquirido en el 2014 por Palace Entertainment, propiedad del grupo español especializado en parques de ocio, no “tienen alma, no tienen corazón”.

Preocupación. Julius se mostró preocupado por las condiciones en las que vive Lolita y lo que tiene que pasar a diario teniendo en cuenta que viene de mar abierto y vive desde hace décadas en un tanque en el que, denuncian, apenas puede nadar teniendo en cuenta que mide unos seis metros de largo.

Pero el jefe indio se mostró confiado en que, por “dignidad y honor” para el animal, la empresa se dé cuenta de que es necesaria una “alianza” para lograr el “exitoso traslado” de la orca al estado de Washington.

Su “deber sagrado” es ayudar a Lolita, a la que en todo momento nombraron por su nombre original Tokitae, dijo Lane. 

Se sumó a su petición el exalcalde de Miami Beach Philip Levine. 

Levine lamentó que Miami Seaquarium esté más “interesado en los beneficios” que en el bienestar del animal, en un caso que calificó de “esclavitud moderna”.