¡Heroico es ser conductor de una nación! Entonces, ¿por qué entre gobernantes y opositores existe ese abismo inmenso, que nadie lo puede cruzar ni hacia un lado ni al otro?

El triunfo del NO en las preguntas 2, 3 y 6 en  Manabí, única provincia del Ecuador, constituye un honor para los manabitas que votaron y esperan que los problemas conocidos y por conocer sean  solucionados sin detenimiento ni fingimiento.

Manabí eligió, en las elecciones generales del 2 de abril del 20l7, Presidente de la República al licenciado Lenín Moreno Garcés, de manera contundente y decisiva, pero en el proceso electoral del 4 de febrero del 20l8, la votación decreció considerablemente.

El primer mandatario administra la República desde el Palacio de Carandolet, sobre una sociedad movida por los dueños de la riqueza y el poder; tiene, por lo tanto, en los resultados,  un instrumento útil para meditar. La voluntad del pueblo manabita tiene que ser escuchada.

Que nadie se engañe, ninguno  es dueño del triunfo ni culpable de la derrota; el electorado manabita acudió a los recintos electorales a sufragar en forma libre y espontánea, ejemplo vivo para  los que en toda campaña política compran el voto con dinero, camisetas o víveres.

Qué duda cabe afirmar que las infraestructuras de las grandes y pequeñas obras de la patria son frutos de insigne mandatarios, que en época difícil e insustituible la supieron ejecutar.

Los partidos políticos a través del tiempo y el espacio han sufrido una serie de divisiones y subdivisiones, lo primero y principal es que estén integrados por ciudadanas y ciudadanos profesionales y técnicos que reconozcan el respectivo lugar y puedan atender dentro del campo de su propia especialidad.

La política, como tal y con todos sus fueros, tiene que decir basta a la emoción,  improvisación que ahondan y profundizan los problemas de la naturaleza, la sociedad y el ser humano.

El jefe de Estado tiene un largo y difícil camino que recorrer, razón para que en esta parte del territorio ecuatoriano implemente nuevas políticas que lo llevarán a cumplir con la transformación revolucionaria.

Manabí anhela y aspira que el gobierno nacional sea del pueblo y para el pueblo, y si les abre las puertas a todas las corrientes ideológicas, también tiene que mantenerlas abiertas al muro de la verdad y constatación de los hechos, no a la influencia cada vez más poderosa de los partidos y movimientos políticos.

Reflexionado: El triunfo del NO demuestra al Ecuador, que Manabí es una provincia de conciencia y capacidad eleccionaria.