Su familia decidió atarlo al piso de la casa como medida de seguridad, para evitar que escape.
Encerrado en un cuarto al que le han adaptado una letrina, pasa sus días este hombre, quien por ratos se sienta y toca los eslabones de la cadena que tiene en su pie, como preguntándose qué pasa.
La dura vida de Cristóbal la comparte también su madre María Loor, de 85 años de edad, a la que no le quedó otro remedio que aceptar las sugerencias que le hacían amigos y vecinos de que lo encadenara.
Ellos viven en el sitio El Rocío, en la zona rural de El Carmen. Para llegar al sector se debe avanzar unos tres kilómetros por una vía secundaria desde el sitio La Bramadora.
La tragedia de Cristóbal comenzó hace seis años, cuando se accidentó mientras viajaba en una moto desde El Rocío a Santa María.
La madre dijo que su hijo se volcó y sufrió golpes en la cabeza que lo dejaron en estado de coma por más de 15 días en un hospital.
Afirma que se salvó de milagro, aunque quedó con discapacidad y no reconoce a nadie.
Encadenado. La recuperación física de Cristóbal avanzó con normalidad, pero no la mental. Se salía de la casa con rumbo incierto, contó la señora.
En alguna oportunidad, Cristóbal había desaparecido. Lo buscaron en el sector y no lo hallaron. Horas después apareció en el cementerio general de El Carmen. Había caminado aproximadamente 40 kilómetros.
Fue entonces, hace cinco años, que la madre decidió encadenarlo debido al peligro que corría cuando se salía, pues mantenerlo suelto es difícil para María por su avanzada edad.
La cadena que tiene Cristóbal en el pie derecho atraviesa una tabla del piso y su otro extremo está atado a una columna de la casa.
Cristóbal no reconoce a sus familiares, ni siquiera a su madre. No habla, apenas balbucea, y no se muestra agresivo.
María señaló que cada mes lo lleva en un carro a cobrar el bono de desarrollo humano, de 50 dólares, aunque ella considera que merece más ayuda por parte del Estado. Cristóbal es el último de diez hijos.
Son tres situaciones dolorosas que atraviesa. Un hijo encadenado, su otro hijo asesinado, y otro familiar detenido por ser el principal sospechoso del crimen, comentó la mujer.
Mientras tanto, la Secretaría Cantonal de Protección de Derechos, encabezada por Mariana Bravo, informó que en los próximos días visitarán a la familia para conocer el caso de cerca y saber a qué institución del Estado remitirlo.
AYUDA. Quienes deseen ayudar a esta persona pueden llamar al teléfono 0985877840.