Reunida con un grupo de amigas en el paralelo 2C de una escuela fiscal de Portoviejo, cuenta que la mañana se la han pasado intentando entrar a la plataforma del Ministerio de Educación para subir notas y otros trámites, pero la página está en mantenimiento.

Por esa razón, en torno de una botella de Coca Cola y unas galletas, parte de las seis horas que deben acudir a la escuela se la pasan hablando del invierno y otros temas. “Es la verdad, no se hace mayor cosa. En buena hora no nos encontraron acostadas”, dice “Gardenia”.

Otra de las profesoras, que tampoco quiso identificarse, asegura que, por iniciativa propia, un grupo de maestras se ha organizado para estudiar la Ley de Educación y sus alcances. 

Se queja de que, a estas alturas, no sepan ni a qué curso les toca dar clases el nuevo año lectivo porque no existe organización.

“El año pasado, por esta época, ya sabíamos hasta la carga horaria”, agrega  otra profesora.

Todas coinciden en que, si hubiera una mejor planificación, se podría dosificar mejor el tiempo y ellas podrían pasar más tiempo con sus familias.

En la Unidad Educativa Pueblo Nuevo, Adelina Galarza tiene dando clases de Lengua y Literatura 29 años. 

Asegura que, aunque el ritmo de trabajo es menor, sí pasan ocupadas en tareas de planificación. 

“Hemos pasado planificando el nuevo año lectivo, también en el tema de los refuerzos educativos, pero el sistema de internet es pésimo”, se queja.

Miembros de la Comisión de Distribución de Trabajo señalan también que los alumnos -los que deben ir para escuchar clases de refuerzo- no asisten por la dureza del invierno, lo cual es “comprensivo”.

Según el Ministerio de Educación, desde el 14 de febrero la planificación es: juntas de curso, publicación de notas, clases de recuperación, supletorios, etc.