Esto será benéfico para el consumo interno, pero el país requiere producir también para exportar y que ingresen dólares al Ecuador, debido a la crisis que hemos heredado. 

Aquí se tienen que adoptar otras medidas y planificaciones que deben ser tomadas por entidades gubernamentales para lograr éxito en lo que al exportar se refiere. 

Los últimos años, productos clásicos como café, cacao, arroz, cebolla, papas, se enfrentan a una caída de precios internacionales, ante producciones similares de países vecinos que, inclusive, nos inundan con sus productos vía contrabando y crean conflictos entre nuestros campesinos y las autoridades locales. 

¿Ante esto qué podemos hacer?  La respuesta es planificación, asistencia técnica, asistencia económica y diversificación de cultivos; y lograr convenios con entes internacionales.

Porque en otras zonas del globo terráqueo hay millones de seres humanos que sufren por falta de los alimentos que nosotros producimos y hay que tratar de 

venderlos. 

Aquí juegan importantes papeles el Estado con todas sus entidades y los técnicos que nuestras universidades han profesionalizado: economistas, financistas, ingenieros agrónomos, planificadores en cultivos, técnicos agrícolas en general, muchos de ellos hoy egresados de nuestra UTM, que esperan oportunidad para laborar.

Ellos tienen que ser incorporados  a equipos profesionales para en un plan macro, no solo afrontar el día a día sino medidas a largo plazo, que aseguren que lo que el campesino siembra y cosecha sea benéfico para los suyos y el resto del país.

Llegar hasta la industrialización de lo que nos brinda la buena tierra y la bondadosa lluvia, pues no podemos depender económicamente solo del petrolerismo y extractivismo mineral que es altamente contaminante y dañino para el ambiente. 

Planes trianuales, quinquenales y llegar hasta más largos plazos tienen que ser concebidos para evitar que año por año tengamos conflictos en ocasiones por falta de productos; y en otras por grandes cosechas que no se logran vender. 

Buen invierno, buen verano, ojalá que esta prédica dure por muchos años, si nuestros planificadores en general dan con los métodos apropiados para lograr un bienestar nacional y a largo plazo.