“En esta crisis no se puede dejar pasar una carrera”, opinó el conductor.

Carlos Centeno no es de Portoviejo, llegó de Guayaquil a trabajar como taxista y lo que para otros es motivo de seguridad, para él es asunto de comodidad.

“Me fastidia ponérmelo, me aprieta. En realidad solo me lo pongo porque este carro -un Renault- tiene una alerta con un foquito rojo. Si yo no me lo pongo, ¿cómo le voy a exigir al pasajero que lo haga?”, comentó.

En el mismo sentido, John García, quien labora cerca del centro comercial  autónomo Alajuela, asegura que el usuario no hace caso. “Uno les pide, pero si no lo hacen, ya no se les puede obligar”, dijo García, de la cooperativa La California.

Ninguno de ellos parece tener claras las sanciones que acarrea la inobservancia de la ley: 19,30 dólares de sanción pecuniaria y 1,5 puntos menos en la licencia para el caso del conductor que no lo use, así como 57,90 dólares y 5 puntos en el caso del pasajero que tampoco lo haga.

La autoridad. Para el director provincial de la Agencia Nacional de Tránsito, Edmundo Durán, el tema pasa no solo por la inobservancia de la ley, la cual es clara, sino por una toma de conciencia sobre el valor de la seguridad y la vida propia, tanto del chofer como del ocupante.

En este sentido la institución que él dirige, así como la Comisión de Tránsito del Ecuador y la Policía Nacional han dictado charlas respecto al uso del cinturón y otras medidas de seguridad tendientes a concienciar a los ciudadanos.

Hitler Salas es coordinador provincial del departamento de Educación Vial de la Comisión de Tránsito del Ecuador. “El cinturón es un dispositivo de seguridad pasiva, que no evita el accidente,  pero minimiza su impacto. Por eso todo conductor, así sea 100 metros o un metro que circule, debe utilizarlo, porque así lo manda la legislación”, señaló Salas, quien agregó que la competencia en el casco urbano es de los municipios.

Aseguró que cuando la institución llegó a la provincia encontraron esa recurrencia de la infracción, que ni el chofer ni el acompañante usaban el cinturón, “solo se ponía cuando observaban un operativo. Lo mismo pasa con los motociclistas que no usan casco”, mencionó.

Está convencido de que no hay una cultura de uso del cinturón, que solo un 25 % de los choferes lo hace, pero todavía falta un 75 %. 

Por esa razón han hecho hincapié en las capacitaciones, charlas, vídeos y testimonios para fomentar su utilización.