Se agrega que tenemos una lacerante realidad: el correato logró silenciar a la academia, como un deber de vinculación a la sociedad está llamada a reflexionar, debatir y proponer sobre los grandes temas que afectan a Manabí; y, desde la óptica de nuestros intereses, levantar propuestas para lograr las transformaciones sociales que requiere el Ecuador, como sí lo logró en su tiempo Eloy Alfaro Delgado. Lamentablemente, desde esta instancia de educación y reproducción, la mayoría de sus “PhD” desarrollaban un discurso domesticante que rayaba en la consigna panfletaria, justificando su vergonzante apoyo del No para las preguntas 2, 3 y 6.

Esta domesticación se extendió en toda la burocracia concentrada en Portoviejo y en Manta, infundiendo el miedo a perder sus cargos en el sector público, obtenidos en su mayoría en amañados concursos convocados por el cuestionado Consejo de Participación Ciudadana, convirtiéndose esos burócratas en los llamados “guerreros de la revolución ciudadana”, quienes se tomaron las redes sociales y desplegaron una campaña silenciosa, cuerpo a cuerpo, a favor del correato.

Otra estrategia perversa utilizada fue culpar a Lenín Moreno que aún no pueda poner en funcionamiento el hospital de Especialidades de Portoviejo; de haber utilizado momentáneamente 300 millones de dólares, recursos exclusivos para la reconstrucción de Manabí. El no inicio de la terminal aérea de Manta ni la construcción de los hospitales para Chone y Bahía posiblemente afectaron negativamente. Lamentablemente al presidente Moreno le faltó efectividad comunicacional y ejecutividad para exigir eficiencia, oportunidad y transparencia al Comité de Reconstrucción y Reactivación Económica de Manabí y Esmeraldas.

Sin embargo, no todo está perdido en Manabí, el triunfo del Sí en la pregunta relacionada a la lucha contra la corrupción nos llena de esperanzas frente a la campaña sucia: “Todos llevan, lo importante es la obra”; o como decían otros: “Corrupción siempre ha existido, pero estos hacen”. Ese pronunciamiento a favor de la pregunta 1 es un indicio de que la mayoría de los manabitas nos identificamos con la honestidad. Estoy seguro de que el día que se logre transparentar las cuentas del correato y la de sus aliados, los manabitas los van a repudiar.

Ahora el reto es desintoxicar a los que fueron envenenados con odio. Esclarecer desde el razonamiento dialéctico lo que significó el gobierno populista totalitario y sus cómplices. Esa es una tarea urgente que debemos asumir todos los demócratas del Ecuador. Recordemos que tienen una base electoral del 30 %, por lo tanto es un deber recuperar por sanidad democrática a esos hermanos ecuatorianos y organizarnos y capacitarnos en en todas las instancias de la sociedad manabita.