Los abogados del fundador de WikiLeaks sostuvieron ante el tribunal que la decisión va en contra de los “intereses de la justicia” y representa un castigo “desproporcionado”, razonamientos que la jueza también rechazó.

Assange, que ha divulgado miles de documentos gubernamentales confidenciales a través de su portal de filtraciones, se recluyó en la legación diplomática para evitar ser extraditado a Suecia, que lo pedía por presuntos delitos sexuales.

Estocolmo cerró el caso y retiró la orden de búsqueda contra él el pasado mayo, pero la justicia británica le continúa pidiendo que responda por no haberse presentado ante un tribunal cuando así lo requerían los términos de su libertad condicional, un delito que se castiga con una pena máxima de un año de cárcel en ese país.

Assange y su defensa han argumentado que si es detenido podría activarse una orden de extradición de Estados Unidos, donde aseguran que afrontaría acusaciones por espionaje que podrían comportar cadena perpetua.

La magistrada Emma Arbuthnot consideró en su sentencia que la orden de detención es una “respuesta proporcionada” ante su ruptura de la libertad condicional, “incluso cuando el señor Assange ha visto restringida su libertad durante varios años”.

Assange afirmó, a través de Twitter: “No tiene buen aspecto. Hasta ahora, la jueza está simplemente defendiendo las acciones del Estado británico”.

Assange indicó que sus abogados cuentan ahora con tres meses para presentar un recurso contra el fallo judicial.