Miguel Ángel Estévez, jefe técnico de Gestión Ambiental municipal, dijo que la instalación se la hizo luego de que a finales del 2017 el Municipio de Portoviejo suscribiera un convenio con la Subsecretaría de Ambiente del Municipio Metropolitano de Quito.

Estévez explicó que el cabildo quiteño colabora con los equipos necesarios, en los que constan las jarras y los filtros instalados con sus respectivos soportes. Además ayudarán con el análisis de la medición de los gases contaminantes.

Las cuatro estaciones pasivas de la medición de los gases fueron instaladas en la parroquia Andrés de Vera (El Florón y avenida Olímpica); en el edificio del Cuerpo de Bomberos de la parroquia San Pablo y otra en la ciudadela Universitaria.

El funcionario mencionó que la próxima semana se van a definir cuáles son los parámetros que se van a medir.

Estévez señaló que con los resultados podrán cumplir con los niveles de calidad del aire que exige la Ley Ambiental y Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los límites establecidos en las directrices de la OMS respecto de la media anual de micrómetros, son 10 microgramos.

RUIDO. El funcionario indicó que continuarán con el programa de control de ruido, que va desde campaña de concienciación.

Anunció que el equipo de control de ruido (sonómetro) está en proceso de calibración, el mismo que llegará la próxima semana. Agregó que luego retomarán los monitoreos para ejercer la competencia reguladora y sancionadora en el tema del ruido. 

Explicó que los límites de decibeles permitidos van de acuerdo al uso de suelo y al horario. Por ejemplo, durante el día en el área comercial no se debe tener un exceso de ruido superior a los 65 decibeles, mientras que en el área residencial debe ser 55 decibeles. En horas de la noche el porcentaje es entre 10 a 20 decibeles, detalló.

Patricia Cedeño consideró que se debe hacer un control más seguido en el tema del ruido, pues dijo que en ocasiones ha ingresado a locales que tienen el volumen de la música demasiado elevado.