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La indiferencia nos está matando
La indiferencia nos está matando
Por: Johnny Medranda Mera

Jueves 18 Enero 2018 | 04:00

“La indiferencia nos está matando”. Ese fue el mensaje que Juan Pablo Trampuz, de Manta, escribió en su cuenta de Twitter el pasado 12 de enero, 2018.

No sé la razón específica que lo motivó a escribir esto. Pero si somos de Manta, me imagino que concordamos en muchas posibles razones. 

En junio del 2013 escribí una serie de artículos titulados “Conspiraciones del destino”, con referencia a Manta. Ahí escribí: “…. la más grave de todas las conspiraciones que el destino nos ha tejido en Manta es la indiferencia”. “Todos debemos temerle al hombre perverso. Pero hay otra clase de perversidad que debemos temerle mucho más: a la indiferencia de los hombres buenos”. 
En otra nota que escribí titulada “Juventud Manabita, factor X” comenté lo siguiente: “ … y ese es el problema fundamental. Nuestros líderes políticos, empresariales, sociales y hasta de la docencia universitaria, viven en un mundo de indiferencia, casi dentro de un caos organizado”. 
Ese fue mi sentir 5 años atrás, todavía lo es y me lo recuerda el señor Trampuz con su mensaje. 
Nuestras instituciones de Manta han sido y continúan siendo vehículos para proteger intereses particulares y catapultarse a su próximo cargo público. 
Manta sigue siendo una ciudad dependiente de la pesca y en menor escala del turismo. El turismo es bueno porque se puede fortalecer a través del tiempo y sus oportunidades y emprendimientos son casi innumerables. La pesca, como vemos, poco a poco va perdiendo peso ya que cada día es más difícil su faena. 
Los cambios climáticos y la indiscriminada depredación del pescado en todos los mares harán que la pesca desaparezca gradualmente a tal punto que muchas empresas pesqueras en Manta quebrarán y con ello eliminando miles de plazas de trabajo. 
No tenemos “plan B” porque no nos hemos diversificado. No hay un norte consensuado ni un líder con la capacidad o voluntad de hacerlo. Esa indiferencia de aquellos en autoridad o posición económica que pueden hacer la diferencia, no nos permite visualizar un plan estratégico a largo plazo para nuestro desarrollo. 
Manta necesita urgentemente un cambio progresivo y contundente de liderazgo en todos sus estamentos. Y qué mejor oportunidad que un voto de conciencia para las próximas elecciones municipales. 
Escoger al mejor alcalde sin pasados turbios ni conflictos de intereses; y decir no al voto en plancha será crítico, porque tenemos que escoger a los mejores concejales con sangre y visión nueva. La plancha es votar por desconocidos que al fin del día, en una sola hora, con el afán de mostrar todo su poder e inconsciente insensatez, nos pueden arruinar la vida y el trabajo. 
 
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