En el cantón Paján la hacen en los hogares católicos durante el mes de diciembre.
También la ejecutan los priostes, grupos en los que cada integrante pone su granito de arena para que se lleve a cabo.
Ellos trabajan. En la zona urbana de Paján se desarrollan año a año pesebres conformados por un nacimiento viviente.
Los grupos de familias que realizan esta tradición alistan una escenografía usando diferentes materiales, unos de tipo ecológico y reciclables.
Los participantes en los pesebres usan atuendos con los que caracterizan a los personajes como los reyes magos Melchor, Gaspar y Baltazar; José y María, y por supuesto el Niño Jesús.
En muchos casos las escenas también incluyen ángeles y animales.
Pero así como pasa en Paján, en otros territorios manabitas la Navidad se celebra con manifestaciones distintas.
Cantos y chigualos.Los chigualos son una tradición que aún se escucha en algunos lugares rurales de la provincia de Manabí y que son parte de la herencia
ancestral del pueblo montuvio.
En un reportaje publicado por diario El Telégrafo se destaca que mientras en las ciudades manabitas la celebración navideña comienza con la novena, los nacimientos que los barrios elaboran en parques, esquinas y casas, en el campo la celebración de Navidad se inicia el 24 de diciembre.
“El chigualo de Navidad es un canto salpicado de villancicos, versos, coplas, juegos, baile... es la celebración del pueblo montuvio que reúne a hombres y mujeres, a niños y ancianos para festejar el nacimiento del Niño Dios”, destaca la publicación.
El chigualo recorre cada noche la campiña manabita acompañado del cortejo de Navidad y en cada parada es recibido por los padrinos con abundante chicha de maíz, mistela, aguardiente, dulces y comida.