Los expertos aseguraron que los animalitos son portadores de una bacteria que al entrar en contacto con los fluidos humanos aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de estómago.
Masahiko Nakamura, encargado de la investigación, señaló “que el patógeno Helicobacter Heilmanni se encuentra en la saliva, desechos fecales y zona bucal de las mascotas”.