En 2016 después del terremoto del 16 de abril se presentaron 718 trámites por aprobación de planos, lo que incluye permisos para la construcción de casas o edificios.

Luego, ya en 2017 este tipo de permisos aumentó y se situó en 1.685.

“Prácticamente es el doble y esto ya se dio cuando la gente se recuperó un poco después del 16A”, explicó.

El año pasado también aumentaron las solicitudes de plazas comerciales. En el 2017 se registraron 12, lo que a criterio de Anchundia, refleja parte de la reactivación comercial del cantón.

En el resto de permisos como de urbanizaciones, clínicas, hospitales e instituciones públicas, también se aumentaron.

Anchundia señala que para solicitar los permisos se deben cumplir todos los requisitos que posteriomente van a control también por parte de esta dirección.

“Por ejemplo, ver la utilización de ciertos materiales y que cuenten con los estudios de suelo”, señaló.

 

Control. La dirección de Control Territorial es la encargada de revisar las edificaciones que se construyen en el cantón. 

En el 2017 se notificó que 493 construcciones no tenían permisos por lo que estos procesos pasan a Comisaría para la posterior suspensión.

José Flores, director departamental, mencionó que se realizan los controles y que con la ayuda del dron realizan estos trabajos. Días antes de finalizar el año se encontraron construcciones de casas de caña en sectores de riesgo que fueron derribadas.

“Ya sea de madera, caña, cemento o  cualquier otro material por la seguridad de las personas, está prohibido construir”, indicó Flores.