Actualizado hace: 937 días 9 horas 50 minutos
Portoviejo
Vive un infierno, todo por culpa de las drogas

El ambiente donde vive es deprimente y hasta en ocasiones “motivador” para seguir inmersa en el consumo de drogas.

Sábado 16 Diciembre 2017 | 04:00

 Elizabeth tiene 34 años de edad y los últimos diez los ha tirado por la borda. 

Ella está consciente de que vivir para consumir drogas no es bueno y aspira a, no sabe de dónde, encontrar la fortaleza para dejar el vicio.
No encuentra esa luz ni el guía que la lleve al puerto de la victoria.
Duda de que en su barriada alguien se preste para aquello, ya que se vislumbra un panorama derrotista comenzando por un grupo de adolescentes que se ubica frente a su casa para hacerle “señales de humo”.
Pero no como la antigua forma de comunicación. Se trata de jóvenes que llegan de otros puntos de la ciudad para consumir drogas y estupefacientes. “Lo de ellos es agruparse para pasar un momento agradable”, dice.
Pero, en el caso de Elizabeth, ese olor que se refugia en el humo la atrae y seduce al máximo; se olvida de los cinco hijos que tiene y del amor incondicional a ellos, ya que el vicio se sobrepone a cualquier otra persona o cosa.
 
En vano.  La mamá de Elizabeth, quien escucha el diálogo, afirma que se trata de una persona cuando está lúcida, y de otra cuando está bajo los efectos de las sustancias prohibidas.
Afirma que ha hecho de todo, hasta donde se lo ha permitido su economía, para que deje la “inmundicia”, pero ella no quiere y se droga en cualquier momento. 
“Me he cansado de decirle que vea por sus hijos, que no me dé problemas, pero me entiende solo por ratos”, destaca la anciana.
La hija respalda esas palabras. 
Indica que ha asistido a varios centros de recuperación para drogadictos en la provincia, pero en solo uno pudo estar seis meses y hacer el tratamiento completo. Los otros, en cambio, los abandonó a medio camino.
 
Tocó fondo.   A sus 34 años de edad, la mujer se nuestra contenta por poder contar su historia a la prensa. 
Espera que alguien que lea la nota la ayude de alguna manera, porque ya es hora de cambiar y comenzar así el camino para ser una buena persona.
Acepta que debido a su adicción ha tocado fondo. Y en ese andar hizo de todo para acceder a dinero y por ende comprar droga.
“No he tenido reparo en prostituirme y robar los objetos de valor de mi casa para venderlos. En un inicio me drogaba más, pero ante la crisis he ido rebajando las dosis”, confiesa.
Elizabeth estudió hasta el quinto año de colegio.  No pudo seguir porque se convirtió en la chica problema de la familia por la drogadicción. “Estoy en un problema grave y quiero cambiar”, expresa.
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