Un grupo de investigadores de Alemania y Nueva Zelanda reveló, en un estudio publicado en la revista científica Nature Communications, la existencia de este pingüino que medía 1,65 metros en pie (o cerca de 1,77 metros de longitud entre la cola y la parte alta de la cabeza) y pesaba unos 100 kilos.
Los fósiles, que fueron descubiertos en el 2004 en unos peñascos cerca de la playa Hampden, en la Isla Sur neozelandesa, registran que se trata de uno de los pingüinos más grandes de la historia.