El investigador indígena Rafael Chiliquinga explicó que estos personajes recuerdan la conquista de los españoles a los pueblos de América y la participación de los salasakas en la Revolución Liberal, liderada por el general Eloy Alfaro.
“El Capitán es el encargado de realizar las ofrendas y ceremonias de agradecimiento a la Pachamama o Madre Tierra, a través de las loas. Esta festividad se realiza con la ayuda de las jochas familiares y de amigos”, aseguró Chiliquinga.
Durante esta fiesta, las mujeres brindaron un recipiente con sopa de pollo y un plato de papas enteras con ‘zarza’ de maní y cuy.
El plato estuvo acompañado de chicha de jora y otras bebidas.
Homero Llucazo, quien recreó al Capitán, indicó que estos alimentos sirven para que las tropas y los acompañantes tengan energía y puedan correr por las calles de las comunidades.
Los participantes en el acto bordearon entre 200 y 300 personas. Una parte de la multicolor delegación realizó el trayecto sobre caballos y otros, a pie.
El sonido de un pito determinó las acciones que debía ejecutar el Capitán, guiado por el Paje (sirviente).
Estos personajes utilizaron un pantalón blanco y un sombrero, similar a un bonete, recubierto con espejos.
Su traje se complementó con pañoletas de varios colores y bordados a mano con figuras de animales, montañas y plantas.
Manuel Caizabanda vistió completamente de negro, con una pañoleta rosada y un sombrero con encajes dorados.
Llegó acompañado por el Loero (recita coplas), quien lucía un traje blanco, alas y llevaba una aureola sobre la cabeza.
En la plaza Silcapamba también se agradeció al Dios Inti y a la Pachamama por las bendiciones recibidas.
Allí se ubicó una cruz andina adornada con flores, rosas y frutas.