Científicos investigan la forma en que un hongo de la especie Ophiocordyceps secuestra el cerebro de las hormigas carpinteras en la selva tailandesa, a tal punto que las lleva a comportarse de forma anormal y ayudarlo a reproducirse.
Un estudio reciente de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, señal que el hongo es capaz de segregar distintas sustancias en función de la especie de las hormigas afectadas. Los científicos han indicado que por lo menos dos son químicos que producen efectos en el cerebro.
Cuando una hormiga se acerca a las esporas para alimentarse, el hongo toma el control de su sistema nervioso central, para que el insecto trepe por el tronco de una planta hasta una de sus hojas, donde acaba con su vida. Entonces, el parásito expande nuevas esporas que caen al suelo.