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Buena Fe
Tres familias destrozadas

Una de las tres víctimas mortales del choque entre un bus y un camión en la vía Quevedo-Santo Domingo fue sepultada ayer.

Jueves 07 Diciembre 2017 | 04:00

 Un mal presentimiento llenó de dudas a Franklin Ibarra horas antes de partir hacia Santo Domingo, aseguró su familia.

Pese a eso, Franklin decidió emprender ese viaje, que finalmente no tuvo retorno.
Él no tenía trabajo y era padre de una niña de tres años. Viajaba de Quevedo a Santo Domingo en el bus que se accidentó el martes y que dejó tres víctimas mortales.
El objetivo de Ibarra era llegar a Esmeraldas, donde lo esperaba su hermano Fernando, y quedarse hasta el 23 de diciembre trabajando en una vidriería.
Su cuerpo fue sepultado ayer.
El bus de la cooperativa Sucre chocó con un camión cargado de bloques, cerca de la parroquia Patricia Pilar, de Buena Fe (provincia de Los Ríos).
Julio Ibarra, tío de “Tato”, como le decían a la víctima, lo recordó como un hombre trabajador.
“Él hacía de todo, agricultor, pastelero, etc. En el momento del accidente iba a Santo Domingo a coger otro bus para Esmeraldas, donde vive el hermano”, recalcó el familiar.
Los juegos de gallos y participar en los rodeos montuvios eran lo que más le apasionaba a Franklin Ibarra, quien le había prometido a su tío regresar para jugar una partida de gallos.
“Siempre iba directo de Quevedo a Esmeraldas. Le gustaba viajar en la noche, pero como el destino es traicionero, ese día viajó en la mañana”, señaló Julio.
Las otras dos víctimas del accidente serán sepultadas hoy.
Los heridos, al menos siete, siguen hospitalizados en Santo Domingo.
Lo velan en quevedo.  En casa de su hermana materna, Elena Aguirre, ubicada en el sector de la Concha Acústica, de Quevedo, la mañana de ayer era velado el cuerpo de Feliciano Flores.
Para la familia, el dolor por el fallecimiento se suma a la pérdida de su madre ocurrida hace tres meses.
Una bandera de Emelec y un perrito (juguete de plástico que vendía) cubrían el féretro de “Casi Ricky”, como le decían al hombre de 49 años.
Como cada día, la mañana del martes abordó un bus para ir a Santo Domingo, donde vendía sus juguetes. 
Hoy en la mañana se realizará el sepelio en el cementerio general de Quevedo.
 
Manabitas presentes. Con ofrendas florales y mensajes para el recuerdo, familiares, allegados y amigos velan a Mayra Ibarra Flores.
Ella es otra de las víctimas del accidente. 
Los padres de Mayra Ibarra son manabitas. Decenas de amigos y familiares de Calderón (Portoviejo) participan en la velación del cuerpo. 
El dolor y las lágrimas eran imposibles de ocultar durante el velatorio que se efectuó en el sector San Camilo Chiquito, de Buena Fe, en la casa donde vivía junto a sus padres, esposo e hija.
Wilter Ibarra, padre de la víctima, la recuerda como una persona alegre, trabajadora y dedicada a su familia.  Entre lágrimas indicó que aquella trágica mañana ella se despidió diciéndole que al día siguiente le compraría una moto para que llevara a su hija a la escuela. 
Martha Zambrano, hermana, recortó fotos y las pegó en un cuaderno, donde los asistentes al velatorio podrían plasmar sus mensajes de amor para despedir a Mayra. Hoy se efectuará una misa en su honor a las 15h00 y luego será sepultada en el cementerio de Buena Fe.
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