Actualizado hace: 935 días 8 horas 49 minutos
Tradición
Enseñan lo ancestral

La escuela de arte y cultura Inkarte promueve servicios de formación a niños, jóvenes y adultos sin límite de edad.

Miércoles 06 Diciembre 2017 | 04:00

Todo enfocado en el área musical, artística, cultural, inclusiva e intercultural, basada en la filosofía originaria del pueblo Salasaka.

Según diario La Hora, se trata de una institución que se inició en el 2004, pero por cuestiones económicas se consolidó en el 2011. Su objetivo ha sido rescatar su cultura, incentivar sus valores y desarrollar sus diferentes habilidades.
 
Historia. En el 2000, el director Rafael Masaquiza (35 años) salió hacia Europa, con lo cual empezó a valorar la vida indígena. “Al viajar descubrí cuán importante era tener el cabello largo, hablar el kichwa, los ritmos autóctonos, el color de la piel. Cada detalle de ser indígena valía muchísimo, mientras que en el país nuestros rasgos y tejidos no tenían sentido”,  expresó. 
Rafael fundó la escuela Inkarte al ver que las instituciones educativas y las personas no se dedicaban a enseñar su cultura debido a la globalización. Entonces, se preguntó: “¿Por qué no podemos formar un centro donde poco a poco podamos incentivar a la gente adulta, niños y adolescentes a aprender el kichwa, la cosmovisión indígena, crear textos, investigar, descubrir sus talentos…? Así comenzamos este sueño”. 
Salasaka se caracteriza por ser un pueblo joven y los yachas (adultos mayores) están desapareciendo. En esta escuela recopilan información documentada para difundir a los chicos sobre sus costumbres y tradiciones. 
 
Categorías. En Inkarte -dice Masaquiza- pueden aprender a entonar todo tipo de instrumentos, entre autóctonos y eléctricos, dependiendo de los gustos. También es posible realizar bordados y tejidos, entre ellos la faja de Salasaka. Igualmente, adentrarse a la cosmovisión andina o idiomas kichwa, francés e inglés. Sin dejar de lado a la pintura, que está enfocada en recuperar los diseños andinos. Por último están las investigaciones, para lo cual se da asesoramiento en tesis, monografías e investigación científica. Existen tres categorías en la actualidad: niños desde los 4 hasta los 9 años, otra desde los 12 hasta los 15 años y finalmente desde los 25 hasta los 99 años. Los adultos se interesan más en el idioma, las ceremonias y la medicina ancestral. Cabe recalcar que en este centro existe gente mestiza de distintas provincias que ha tomado los cursos.
Gabriela Masaquiza (18 años) es maestra de guitarra y de audioperceptiva para niños. Trabaja desde hace cuatro años en este centro. “Nosotros ayudamos a rescatar nuestras creencias. Cómo sabían vivir nuestros abuelos, eso estamos tratando de fomentar”, señaló Gabriela.
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