Tiene cuatro años como residente en esos sectores de la parroquia Charapotó del cantón Sucre. 

Vivió por dos meses en Crucita, pero la tranquilidad de San Jacinto y San Clemente la hicieron quedarse allí.

Con su pincel daba forma a un gran pez multicolor. En Estados Unidos se dedicaba a cortar cabello en una peluquería, en San Jacinto cuida mascotas y pinta murales. “Aquí también corto cabello a gringos”, agrega entre risas.

La ciudadana considera que el clima es perfecto y la playa es su complemento, además cree que los costos de alimentación y de vivienda son muy económicos a diferencia de Estados Unidos. 

“Actualmente allá está haciendo mucho frío”, explica la estadounidense. La temperatura en California se encuentra entre los 7 y 8 grados bajo cero, mientras que en Manabí de 22 a 25 grados.

Durante su estancia, ha vacacionado en Quito, Cuenca y Manta, pero las playas de Sucre, su comida criolla, mariscos y la tranquilidad no la dejan regresarse a su ciudad natal.

Más foráneos. Belinda y Edward Warner viven en La Boca de San Jacinto y tampoco piensan en dejar estas tierras. Ellos vivieron en España e Inglaterra, pero decidieron quedarse en Ecuador porque sus familiares tienen más facilidades para visitarlos. Antes de quedarse en esa localidad recorrieron los 50 estados que conforman Estados Unidos.

Ellos son jubilados y tienen más de cuatro meses en el lugar.

Les fascina la frescura de los vegetales y verduras que son cosechados en la zona. “Todo está aquí”, dice Belinda sobre La Boca.

Entre San Jacinto y San Clemente se puede observar decenas de extranjeros que acuden a pasar sus años de jubilación cerca de estas playas manabitas.