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PSICOLOGÍA
Aprender a soltar y dejar ir es la clave

La muerte de un ser querido, lo vivido en un terremoto, una pérdida material importante, son sucesos que marcan a cualquiera.

Miércoles 29 Noviembre 2017 | 04:00

De hecho, estas experiencias son imposibles de olvidar y generan un mayor estancamiento emocional y estrés traumático, según explican profesionales en psicología. 

Causas. María Magdalena Sornoza, psicóloga, indica que la psiquis humana tiene la capacidad de fotografiar todos los instantes maravillosos, “pero los eventos más dolorosos vinculados a la muerte y la miseria son los que se quedan arraigados con más profundidad”, señala.  
Ella cita ejemplos como el pasado terremoto que sacudió Ecuador.
“Hace más de un año el país tembló y así como hubo mucha ruina, se propagó la ruina emocional. Parto de este concepto porque en el ámbito de la psicología todos los humanos somos entes que vivimos y nos forjamos en base a las circunstancias”, explica.
La profesional en psicólogía afirma además que  cuando sucedió el terremoto es verdad que hubo caos, pero había otros problemas preexistentes. 
“Muchas personas ya arrastraban cargas de carencias y con los eventos suscitados éstas se reforzaron. Hemos tenido tiempo para habernos levantado, pero no lo hemos hecho porque no hemos aprendido a soltar, a sepultar lo material que se perdió, lo emocional que nos dañó y que nos sigue dañando”, explica la psicóloga.
 
Un trabajo duro. Además,   Jorge Luis Escobar, psicólogo y profesional en apoyo emocional de familias afectadas por desastres, explica que cuando uno vive un hecho estresante, inesperado y desproporcionado,  se tiene por delante un afrontamiento difícil, tal como ha sucedido con los afectados a raíz del terremoto del pasado 16 de abril. 
“Es una situación compleja porque pasando días y semanas los problemas son más personales porque el duelo no acaba. Vale mencionar que cuando hablamos de duelo no solo me refiero a la pérdida física de personas, también me refiero al dolor que la gente sigue guardando por lo que se perdió, lo material, los sueños que tenían”, explica Escobar.
Sin embargo, al tratar con víctimas de desastres, indica Escobar que hay dos perspectivas. 
Una convencional, que es trabajar el estrés postraumático cuando se han contemplado eventos fuertes, y la otra perspectiva que es más social.
Se trata de acompañar a las personas en la aceptación de las nuevas condiciones de vida. Esto es un trabajo unificado con la familia, dice.
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