En la escuela académica nos enseñaron que existe el género masculino (hombre) y femenino (mujer). Todo hombre nació hombre, toda mujer nació mujer. El hombre gusta por naturaleza de una mujer, y una mujer igualmente gusta del hombre; ese es el orden o tendencia natural del ser humano desde la época de las cavernas.

La Biblia hebrea enfatiza que la mujer fue hecha a “medida perfecta” para el hombre y los dos forjarán una sola carne.

Ante todo la homosexualidad (HS) no debe entenderse y aceptarse como un término despectivo para los gais, sino la palabra adecuada para referirse a quien opte por la atracción hacia el mismo sexo, en oposición al individuo heterosexual o atracción por el sexo opuesto.

Este fenómeno social (el de la homosexualidad) se da por razones básicamente biológicas, sociales, culturales o geográficas. Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), el término gay se refiere a “aquel individuo perteneciente o relativo a la homosexualidad”. La palabra se puede usar tanto como sustantivo o como adjetivo.

Esta condición sexual ha existido desde tiempos inmemoriales y se cita por fuentes científicas que el 30 % al 40 % de la humanidad es HS. Mientras que otras fuentes como el Taoísmo estiman que es el 50 %.

El gnosticismo o ciencia del conocimiento identifica a la HS como una “infidelidad hacia la propia naturaleza de género”, llevando al individuo a rechazar y protestar contra su real condición sexual.

Levítico 18:22 da instrucción a los hebreos en tiempos de Moisés, que la homosexualidad no es grata a YHVH (nombre de Dios para los hebreos), lo que da a entender que ya existía en tiempos bíblicos.

Sin embargo, el hombre en su prepotencia y soberbia se ha convertido en un dios, y como tal, ha proclamado la existencia de un “tercer sexo” mediante el cual la persona puede determinar su propia definición sexual, aunque la misma sea contraria a la naturaleza biológica y las leyes supra-morales de la creación.

El llamado “tercer sexo” nace como fruto del concepto de género, para ampliar los derechos del individuo que no se define psicológicamente de acuerdo a su sexo.

Los términos “tercer sexo” / “tercer género” o “genero neutro”, sirven para describir al individuo (hombre/mujer) que se considera que no es ni hombre ni mujer; o que siendo femenino, su mente es masculina o viceversa, y se encuentra preso en un cuerpo que no acepta.

Esta categoría que promueve el derecho a ser gay ha encontrado cabida dentro de la legislación de algunos países del mundo incluyendo Ecuador, donde las sociedades reconocen tres o más géneros.

Varios países han aprobado la existencia del “tercer sexo”, para dar cabida a las demandas de los movimientos gay-lésbico, y establecen el derecho que tiene un niño de escoger desde su infancia su sexo y no prohibirle que sea lo que por naturaleza está establecido, bajo el criterio de que la libertad nos lleva a decidir nuestra orientación sexual, aunque la misma sea contraria a lo determinado por la naturaleza biológica.