Ante la situación surgida por la necesidad de que gran parte de la juventud desarrolle actividades de trabajo de diversa índole durante la mañana y tarde de los días laborables, se encontró como solución para que esos jóvenes puedan seguir adelante en sus estudios y poder optar a una carrera universitaria, la simple circunstancia de que esos colegios funcionen durante un horario nocturno.

Se justificó también la instalación de esos colegios nocturnos, por el hecho de que se capacite e instruya a esa juventud, dándoseles la opción a un mayor aprendizaje y a tener mayores conocimientos del pasado y del presente, a fin de que cada cual tenga la oportunidad de buscar su futuro.

Sabemos todos que no solamente con una carrera universitaria se puede asegurar ese futuro personal, ya que la sociedad y la comunidad local y provincial requieren de diversidad de acciones para hacer frente a un buen vivir, al avance y progreso de la humanidad.

Es decir, no se requiere de un título universitario para que el hombre y la mujer que completaron sus estudios en un colegio nocturno, puedan salir adelante en la lucha diaria y en las oportunidades que a cada cual se le pudiese presentar. Lo principal es haber aprendido algo má de lo que se aprende en la escuela.

Así es. Por ello es que la existencia de estos colegios nocturnos ha llegado a constituirse en una necesidad y en un aporte a la cultura y a la enseñanza de todos, tal como sucede con los colegios diurnos. Los unos y los otros tienen el mismo valor. Nos conducen por el mismo camino y nos llevan a la misma meta.

Y es por ello como no encontramos explicación a los rumores que con insistencia han venido circulando, por medio de los cuales se presume que existe la intención ministerial de suprimir en el país a los colegios nocturnos.

¿Cuál la o las razones?. Que las digan para que éstas sean debatidas y que se dé la oportunidad de comprobarse la valía de la supervivencia de estos colegios nocturnos que han venido dando las facilidades para que toda la juventud siga adelante con sus estudios y aprendizaje.

Es por todo esto, por ejemplo, que cuando en Bahía de Caráquez, en 1969, estaba por cerrarse el colegio particular Nocturno, tomé la posta siendo Diputado de la República y conseguí que el Ministerio de Educación lo fiscalizara de inmediato y prosiguiera dicho establecimiento con la preparación de la juventud.

Ojalá que todo lo comentado de esos rumores no sea más que rumores, ya que no creemos que se tenga esa malhadada intención.