Hablan de derechos del pueblo, de deslealtades, de traiciones; pero me pregunto hacia quién,  ¿hacia un caudillo?, ¿hacia alguien que traicionó a su pueblo hablándoles bonito sobre derechos, cuando él mismo, con todos los poderes que absorbió se los quitó? Nooooo, no hay traición cuando simplemente se trata de corregir el error y salir de la mentira, porque ser engañado es darse cuenta que fue traicionado primero. Es imprescindible comenzar a corregir las cosas, porque nunca será tarde para enmendar errores, para censurar a quien causó tanto daño y para que el Ecuador castigue a quienes quieran quitarle su libertad y su democracia.

Pero veamos de dónde vienen esas críticas, nada más y nada menos de quienes estuvieron en el “reparto”, aquellos que recibieron los mejores espacios de poder, aquellos que, como lo dijo un día el mismo Correa, “si no fuera por él no llegaría ni a concejal de Salcedo”. Claro, es que a algunos de los “revolucionarios manos limpias y corazones ardientes” les quedó demasiado grande el puesto, pues  la componenda y la actitud permisiva de dejar que las cosas sucedieran  hoy nos dejan grandes pérdidas.

Todos los días escuchamos a la gente preguntarse: “¿Qué va a pasar con el país en unos días? ¿qué medidas económicas se dictarán y se enfrentarán para salir de la crisis? ¿será tongo esta pelea de los de Alianza PAIS? ¿será que el Presidente ha preferido jugarse el todo por el todo para no traicionar a su país?, ¿o será parte de lo mismo? En fin, las dudas persisten, porque a pesar de los cinco meses transcurridos aún se mantienen dentro del gobierno muchos ministros que fueron de Correa, aún se mantienen las mismas políticas de impuestos, aún no tenemos cambios sustanciales que nos demuestren que esto ya no es lo mismo y que el expresidente Correa ya es historia.

Ahora viene la consulta, que a mi criterio es una demostración de corregir en algo tantos errores; sobre todo en aquellas preguntas referentes a la corrupción, a la reelección indefinida y al mal concebido quinto poder o quinta función del estado, como es Participación Ciudadana y Control Social. Porque ya basta de permitir que en nombre de las leyes, de la Constitución y del pueblo, sigan los dobles discursos y los lloriqueos de que queremos volver a lo de antes.

No queremos volver a lo de antes, pero tampoco queremos dejar que nos sigan engañando con discursos bonitos ni mentiras repetidas; es importante estar atentos, que se sigan las investigaciones, que se aplique la justicia, que se exija devolver lo robado y que hasta el final se busque al cabecilla de la banda. No hay traición cuando no se traicionan los ideales y los principios, y cuando quien reclama lealtad mintió y traicionó primero.