Las víctimas de entonces, tal vez por incredulidad, desconocimiento o resignación, apenas se defendieron.  

Así las cosas, la primera ola entró con fuerza. Trajo consigo centros comerciales y nuevos almacenes que ofrecían mayores niveles de servicio, seguridad y conveniencia.  Fue cuando desaparecieron establecimientos comerciales que, hasta entonces, habían liderado el comercio de Portoviejo.  

Si bien el consumidor ganó el nuevo nivel de servicio ofrecido, Portoviejo pagó y sigue pagando un alto costo: la fuga permanente del dinero para consumo de un creciente número de portovejenses, pues la ola se lo lleva a diario, restando liquidez local para nuevos emprendimientos. 

¿Aprendimos lecciones de la primera ola? Parece que sí. La segunda ola está viniendo dirigida hacia el sector de servicios de salud, hoy el más competitivo de Portoviejo. Los primeros vientos y marejadas de la segunda ola empezaron a llegar hace pocos años, trayendo a las cadenas nacionales de farmacia. Sin embargo, éstas fueron contenidas por dos competidores locales, con rapidez y eficacia, generando prontamente cobertura, poder de compra, variedad y bajo costo de servicio.

Si bien está llegando otra ráfaga huracanada de la segunda ola, ahora con inversiones hospitalarias, la respuesta local se ha empezado a incubar rápidamente. Cuatro proyectos privados hospitalarios de portovejenses están prontos a salir al mercado, mientras se anuncia la intención de establecer servicios en Portoviejo por parte de uno de los más grandes hospitales privados de Quito. 

Intuyo que los cuatro emprendedores locales tienen claros los factores clave del éxito de los servicios médicos líderes de Portoviejo: deben competir con excelencia médica, inversiones de última tecnología y una combinación ganadora de especializaciones.

Que sigan llegando más olas, pues eso significará que somos atractivos como sociedad y como destino de inversiones. Que vengan, pues obligan a los empresarios locales a superarse, para bien de los portovejenses. Anhelo que los nuestros se preparen y ganen la batalla competitiva que se les avecina.  Si así fuere, la ciudadanía habrá ganado un mejor servicio y el dinero se quedará recirculando en Portoviejo. ¿Listos?