El monto depende de las ofrendas de los creyentes, que, según el sacerdote, en su mayoría son “gente sencilla” que llega de diferentes lugares del país.

Ese dinero, indicó Toaquiza, es usado para la basílica y también se comparte con las diócesis para que realicen obras de caridad.  

En abril del año pasado la iglesia de Montecristi sufrió daños severos durante el terremoto. 

Ese 16 de abril la torre se destruyó y cayó en la puerta de ingreso de la iglesia.   

El religioso dijo que hasta ahora han invertido 120 mil dólares en la reconstrucción interna y externa de la estructura. 

Entre otras cosas, renovaron el altar, pintaron paredes, instalaron un nuevo sistema de audio y cambiaron el  porcelanato. 

Lo que sigue es la reconstrucción de la torre, que, según los cálculos de una empresa constructora, está valorada en unos 500 mil dólares   

Toaquiza indicó que estos trabajos serán ejecutados por el Comité de Reconstrucción con un crédito del Banco Europeo de Inversiones. La obra empezaría el próximo año.  

 

Devotos.  Una de las historias del origen de la Virgen cuenta que la imagen fue un regalo enviado por el rey español Carlos V en 1534, pero que su destino iba a ser Lima, mientras que otra de la Virgen de la Merced estaba destinada a Manta, ya que había más presencia de la congregación mercedaria. 

Sin embargo el barco no pudo salir de Manta, a donde llegó primero. Luego un grupo de religiosos sugirió que debían intercambiar las imágenes para poder salir. Así lo hicieron y el barco zarpó.

Posteriormente, para alejarla de los saqueos que había en ese entonces en las costas, decidieron enviarla a Montecristi. 

Se estima que cada año arriban aproximadamente 300 mil devotos a la basílica.  

Ellos llegan desde diferentes cantones de la provincia, algunos caminan desde Manta, Portoviejo o Jipijapa, como agradecimiento a los favores recibidos.  

Marlene Murillo llegó desde Portoviejo para bendecir una imagen de la Virgen que compró a inicios de año. Ella señaló que siempre ha sido devota de la Virgen y que le debe algunos favores. 

“Mi hija estaba muy enferma y ella la curó, eso fue hace 11 años, desde entonces venimos anualmente a Montecristi”, indicó. 

Pablo Lucas, de Manta, contó que ha sido testigo de cambios significativos en la vida de la gente. 

Ha visto curaciones y aseguró que es por eso que la gente es devota y llega a dar las gracias. 

La presencia de feligreses atrae también a comerciantes. 

Miguel Pinel llegó desde Quito a vender medallas y llaveros con la imagen de la Virgen de Monserrate. 

Él indicó que cada medalla cuesta tres dólares y las vende todos los días, especialmente los fines de semana, cuando la gente llega a misa.

 

>demasiados puestos. El párroco Ángel Toaquiza señaló que las peregrinaciones fueron aumentando con los años. 

Actualmente se realiza también una feria del comercio y el sacerdote critica  aquello. 

Él señaló que las festividades religiosas son más importantes que las comerciales. 

“Siempre decimos que no se puede continuar con el comercio en la calle, necesitamos silencio para las misas, pero las autoridades hacen lo contrario y venden puestos casi hasta la puerta de la iglesia”, expresó. 

El párroco señaló que todos los años los convocan  a reuniones, dan sugerencias, pero al final “hacen lo que les da la gana”. 

Juan Carrillo, comisario Municipal, manifestó que la feria ha sido coordinada con los bomberos, Cruz Roja y el contratista. “A la iglesia se le deja entrada y salida, no veo el problema allí”, indicó. 

La feria cuenta con unos 300 comerciantes, ocupa dos calles y unas cinco avenidas. Estará en el cantón hasta finales de este mes.

Los puestos están ubicados a los pies de la iglesia, cerca a la escalera.

En la Comisaría Municipal se consultó en cuánto se vendió la feria, pero dijeron que eso solo lo sabían los concejales. Se preguntó al edil Rubén Giler Cañarte, quien salía de una reunión en la alcaldía,  pero respondió no saber. 

La misma pregunta se hizo en el área de Comunicación del municipio sin obtener resultados. Se llamó al celular de la persona que adquirió la feria, pero se informó que  estaba fuera del país. 

 

Turismo religioso.María Pablo de Genna, directora de Turismo, indicó que la fe atrae a cientos de personas de la provincia. 

“Mensualmente nos visitan unas 30 mil personas que acuden a Ciudad Alfaro, ahora esa cifra se triplica”, agregó.

La funcionaria señaló que la fe de las personas aporta al comercio local, tanto en negocios de artesanías y  restaurantes. 

Montecristi tiene tres hoteles, pero quienes llegan por las festividades de Monserrate no se quedan en el cantón, sino que buscan otros atractivos como el sitio Los Corrales, donde venden comida típica los fines de semana.