Xavier Alcívar, quien tiene su fábrica de aguardiente en el sitio Mocorita, dijo que hace años lleva produciendo aguardiente artesanal, y actualmente ha existido una baja “fuerte”.
Motivos. Señaló que la baja del producto es debido a las incautaciones que se han suscitado y también por la intoxicación que hace días se dio en Quito, lo cual ha perjudicado al mercado local y preocupado a la ciudadanía, aseguró.
Según el productor, ellos cumplen con todos los requisitos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), cuentan con el registro sanitario, e incluso han modernizado los equipos para la producción de trago.
Otro de los problemas que han tenido los productores de aguardiente es el pago de quienes trabajan con ellos, porque aseguran no hay circulante por la disminución de las ventas, así lo dio a conocer Yandris Barreiro.
El productor explicó que el negocio “está por el piso”, “ni porque vendemos con facturas y guías, el licor deja de ser decomisado; se viene el invierno y no podemos quedarnos con las manos cruzadas”.
Dayise Salazar destacó que está de acuerdo con que revisen los locales y las fábricas, para que puedan darse cuenta de que se está vendiendo un producto de calidad, sin perjudicar a nadie.
José Palma, otro productor, dijo que se tiene previsto una reunión en la comunidad Agua Fría, en los predios de la Asociación de Cañicultores “IMPAGUA”, con representantes de la UTM, en la que se tratarán estos inconvenientes.